Un trabajador del Departamento de Estado y su esposa actuaban como agentes clandestinos para el gobierno cubano.
Walter Kendal Myers y Gwendolyn Steingraber Myers, tenían acceso a documentos secretos del gobierno de Estados Unidos. Ambos poseían también una radio de onda corta que usaban para transmitir mensajes cifrados al Servicio de Inteligencia de Cuba a base de código morse.
Según las investigaciones, la pareja también hizo uso de una cuenta de e-mail con nombres falsos por donde enviaban documentos importantes.
Los Myers se reunieron con Castro en la isla caribeña en 1995, viajando desde México y utilizando nombres falsos para ingresar a la isla.
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La acusación fue presentada por el Departamento de Justicia en Washington. Según se dio a conocer, la pareja era investigada desde hacía tres años.
La secretaria Hillary Rodham Clinton ordenó una “evaluación exhaustiva de los daños” para determinar qué información transmitieron a los cubanos.
David Kris, adjunto del secretario de Justicia para seguridad nacional, dijo que el presunto espionaje de la pareja en favor del gobierno de Cuba es "increíblemente grave".
Kendall Myers, actualmente de 72 años, trabajó en el Instituto de Servicio Extranjero del Departamento de Estado, donde se especializó en asuntos europeos, antes de retirarse en el 2007. La acusación formal dice que, en su último año de empleo, tuvo acceso a más de 200 reportes de inteligencia relacionados con Cuba
En abril, un agente encubierto del FBI se puso en contacto con la pareja alegando que era un espía cubano. Documentos de un tribunal señalaron que la pareja cayó en la trampa y comenzó a reunirse con el agente del FBI en hoteles de Washington.
La acusación dijo que ambos acordaron convertirse en espías en 1979 luego de reunirse con un funcionario del gobierno cubano mientras vivían en Dakota del Sur.
Bajo órdenes de los cubanos, Kendall Myers intentó obtener empleos que le dieron acceso a información secreta, señaló la acusación.