El gobierno de Cuba pidió a Washington detener las operaciones “encubiertas” en su contra.
El pedido se da a raíz de la reciente revelación de un programa del gobierno estadounidense que envió jóvenes latinoamericanos a la isla para promover el cambio político.
Josefina Vidal, funcionaria diplomática de Cuba, dijo que la investigación de la agencia de noticias AP dada a conocer el 4 de agosto revela que el gobierno de Estados Unidos “no ha desistido en sus planes hostiles e intervencionistas contra Cuba.
Según Vidal, los planes "buscan crear situaciones desestabilizadoras para provocar cambios en nuestro orden político”.
En un comunicado enviado por correo electrónico a la AP, Vidal exigió a EE.UU. “cesar, de una vez por todas, todas sus acciones subversivas, ilegales y encubiertas contra Cuba”.
El proyecto, financiado y supervisado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), desplegó casi una docena de jóvenes de América Latina a Cuba para reclutar activistas políticos bajo el pretexto de proyectos de salud y cívicos.
La administración Obama esta semana defendió el uso de un taller de prevención del VIH para sus esfuerzos de promoción de la democracia en Cuba.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que el programa sirvió de “soporte para la sociedad civil cubana, al tiempo que proporciona un beneficio secundario de satisfacer los deseos de los cubanos de información y formación sobre prevención del VIH”.
Sin embargo, defensores de la salud pública y los legisladores de Estados Unidos fueron muy críticos con el uso de un taller de prevención del VIH para avanzar una agenda política, diciendo que tales esfuerzos clandestinos ponen en riesgo los programas de salud en todo el mundo.
El senador Patrick Leahy, demócrata que encabeza un panel que supervisa el gasto de USAID, dijo el lunes que sería “peor que irresponsable” si la agencia “inventó” un taller de prevención del VIH con fines políticos.
InterAction, una alianza de grupos globales de ayuda no gubernamentales, calificó el uso de un taller de VIH como “inaceptable”.
“El gobierno de EE.UU. nunca debe sacrificar la prestación de servicios básicos de salud o programas cívicos para promover un objetivo de inteligencia”, señaló.
Leahy dijo en respuesta a las conclusiones de la AP que “puede que haya sido un buen negocio para el contratista de la USAID, pero empaña la larga trayectoria de la USAID como un líder en la salud global”.
Por su parte, la representante republicana Ileana Ros-Lehtinen, dijo que los programas de la USAID son importantes para los derechos humanos en Cuba.
“Tenemos que seguir presionando al régimen de Castro y apoyar al pueblo cubano, que son oprimidos a diario”, dijo Ros-Lehtinen.
Un grupo de 17 congresistas enviaron este 5 de agosto una carta abierta al presidente Barack Obama pidiéndole reafirmar su apoyo a la política de Estados Unidos hacia Cuba, según se estipula en la ley.