La adicción es un problema que la mayoría de nosotros pensamos con el que nunca tendríamos que lidiar.
Sin embargo, para millones de estadounidenses con dolores crónicos, esa pequeña pastilla, que resulta muy apropiada para ese dolor en las coyunturas, puede estar haciendo más daño que bien.
Un nuevo estudio en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, revela que las personas que ingieren opioides, tienen un más alto riesgo de adicción, una sobredosis o hasta la muerte, aún si reciben sus medicamentos legalmente.
Y ahora, más estadounidenses toman versiones más potentes de estos fármacos, que antes.
Quince años atrás, la proporción de usuarios de opioides, que ingerían sustancias más poderosas que la morfina, eran solo seis de cada 10.
Hace cinco años este número subió un tercio.
Peor aún, un estudio separado encontró que las tasas de tratamiento contra la adicción, en la última década, no ha cambiado, aún cuando el uso y abuso de opioides se ha incrementado.
La solución está en que tome el asunto en sus propias manos, ya que manejando juiciosamente, el uso de las pastillas para el dolor, puede lograr menos riesgos en el futuro.