Hay personas que nacen con alas para volar. En el caso de Ignacio Guani, de 36 años, sus alas son el paramotor que utilizó para recorrer Uruguay durante cuatro meses, en los que sacó más de 10.000 fotografías aéreas de campos, bosques, cultivos, ríos y playas. Un recorrido por las bellezas naturales del país a 150 metros de altura.
El resultado de ese viaje –realizado en el verano de 2008– podrá verse en una exposición en septiembre en la galería de arte MVD, ubicada en la Ciudad Vieja de Montevideo, frente al emblemático Mercado del Puerto. Habrá 45 fotografías de un metro por 40 centímetros, la mayoría panorámicas, contó Guani a voanoticias.com.
En esa exposición, también se rematará el único “cable a tierra” de Guani durante el recorrido: la furgoneta que utilizó para trasladarse de Oeste a Este, que equipó con cocina, horno, GPS y computadoras para editar las fotos (vale aclarar que todo este equipo no será rematado).
Con el remate de esa furgoneta y la ayuda de los sponsors de su primer viaje, Guani dijo que espera juntar fondos para comprarse un motorhome más moderno y realizar otro viaje por Uruguay, esta vez acompañado de un compañero que lo libere del trabajo de editar las fotografías mientras él vuela. Y luego, planea editar su propio libro de fotografías.
No suena como un mal plan. Guani, que siempre trabajó como fotógrafo profesional, reconoció que con sus viajes en paramotor no se hará millonario, pero se divierte y gana suficiente dinero como para mantenerse, según dijo.
El viaje que hizo en 2008 le costó unos $ 20 mil dólares, contó, pero logró recuperar esa inversión vendiéndole fotografías a sus clientes –dueños de estancias turísticas y de agricultores que le pedían libros personalizados con fotos de sus establecimientos para promocionarlos–.
Aún después del viaje, mantuvo contacto con sus clientes y por lo menos una vez a la semana viaja desde Montevideo al interior del país a hacer fotografías por encargo. “Ahora voy a hacer una foto aérea de un campo, en el que van a encerrar 800 caballos criollos y los van a hacer galopar al lado de un lago”.
Quizá una persona más estructurada no se animaría a llevar una existencia tan frugal e improvisada como la de Guani. Pero él, en cambio, dijo que no se imagina como fotógrafo de estudio, su versión de lo que sería un trabajo de oficina.
“Siempre fui igual”, dijo Guani. “También viajé en una vespa por Sudamérica”.
Y en el caso de Uruguay, dijo que le sorprendió conocer a su país desde arriba: “Es bastante diferente. La costa está buena. Y los dibujos que hacen los canales de las arroceras, parecen platos voladores. Cada paisaje tiene algo diferente”.
Un adelanto de lo que él fotografió puede ser visto en YouTube, en el siguiente video.