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Ecuador: no más subsidios para "menores de edad perpetuos"


Ecuador fue escenario de violentas protestas la semana pasada contra la eliminación del subsidio a los combustibles, anunciada por el presidente Lenín Moreno.
Ecuador fue escenario de violentas protestas la semana pasada contra la eliminación del subsidio a los combustibles, anunciada por el presidente Lenín Moreno.

Las violentas protestas que sacudieron a Ecuador la semana pasada y que amenazan con continuar en la medida que el presidente Lenín Moreno continúe con sus reformas, no es más que una batalla adicional de la guerra entre el realismo y los devotos de lo que en su punto culminante se denominó como el “Socialismo del Siglo XXI”.

“El ejemplo más patente y trágico de lo que ocurre cuando se apuesta a vivir de la ficción, la mentira, el subsidio y el populismo, es Venezuela”, según el analista político ecuatoriano, Fabián Corral, quien se pregunta: “¿Seguiremos ese camino o tendremos la entereza de encarar la realidad?”

Las protestas se desataron el jueves luego que el presidente Moreno anunciara la eliminación de los subsidios al diésel y la gasolina. Con la eliminación de esos subsidios, Moreno, quien a inicios de este año alcanzó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, espera recaudar unos 1,400 millones de dólares al año.

Esa recaudación adicional permitiría a Ecuador tener un presupuesto balanceado y cubrir los enormes déficits que han venido siendo financiados con deuda externa, principalmente con China, y que bajo Correa alcanzó la cifra de 60,000 millones de dólares.

Moreno, que llegó a la Presidencia bajo la bandera del expresidente Rafael Correa, se ha distanciado de sus antiguos compañeros y ahora, al tener que hacer frente a las realidades del país, ha iniciado una campaña de reformas para intentar reducir el pesado déficit fiscal y hacer al país más atractivo a la inversión que genere puestos de trabajo productivos.

“El Ecuador se ha acostumbrado a vivir anclado en la perversión de los subsidios, en la idea falsa de que las cosas no cuestan, de que el “pueblo” tiene derecho a la gratuidad, de que el Estado es padre y madre, proveedor de la felicidad sin esfuerzo”, escribió el analista Corral, en un ensayo editorial en el diario El Comercio.

“Esa mentalidad prosperó primero entre las izquierdas, contaminó después a la población y socavó incluso los valores de la iniciativa privada”, afirmó Corral, en su columna. “La verdad es que de los subsidios, los precios artificiales, los monopolios, y de la idea de que “esto y más me merezco”, viven los transportistas, muchos trabajadores, algunos empresarios, burócratas y los políticos preocupados solamente por sus carreras electorales y el terror a perder votos”.

Los partidarios de Correa por su parte, consideran a Moreno un traidor a los “intereses del pueblo” y llegan incluso a pedir la renuncia del mandatario y la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas.

La diputada Gabriela Rivadeneira intervino en el Congreso el viernes para pedir la renuncia de Moreno y declaró: “El pueblo pide adelanto de elecciones presidenciales y parlamentarias”, citó el diario La Hora.

Para el veterano periodista Jaime Castilla, ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el principal promotor de las protestas es el expresidente Correa, quien según él, no encuentra la hora de que lleguen las elecciones para intentar retornar al poder.

“Pero Moreno está haciendo lo correcto. Nadie se esperaba que Moreno le daría una vuelta tan fuerte a la tuerca”, explicó Mantilla, durante un receso de la reunión anual de la SIP en Coral Gables. “Ni los que votamos en contra de él nos lo esperábamos”.

Según Mantilla, las protestas de los sectores partidarios de Correa continuarán, pues Moreno tiene aún mucha tela que cortar para eliminar la pesada carga que el abultado Estado dejado por Correa significa para las finanzas del país.

La participación en estas protestas de las comunidades indígenas, según Mantilla, confirma su teoría que “todo es un montaje y una campaña de Correa” contra quien fue su vicepresidente y luego su elegido para sucederle en el Poder.

“Esa gente (indígenas) es sumamente manipulable por Correa y sus intereses son otros que nada tienen que ver con los subsidios al combustible que se están discutiendo”, explicó Mantilla, a quien por su cabello rubio se le conoce como “El Gringo”.

Y es que con la bonanza generada por los altos precios del petróleo y por el torrente de millones de dólares venezolanos que llegaron a Ecuador bajo Correa, éste fomentó el clientelismo político. Moreno intenta ahora arrancar de raíz ese clientelismo. Una tarea titánica, señalan los analistas.

“A la clase política le interesó siempre asegurar la dependencia de aquellos a quienes se les mira como a “menores de edad perpetuos”: los integrantes del “pueblo soberano”, explica Corral. “Esa dependencia asegura triunfos, justifica disparates, encubre cobardías y es sustancial a la mentira como modo de ser, como estilo que induce a meter la cabeza en el hoyo, negar las evidencias, y gritar, cuando no a agredir”.

“Una parte de la gente, por interés, desinformación o ignorancia, se identifica con las visiones de los aspirantes a caudillos, sin advertir que, tras la tragedia de las repúblicas de papel, están la falsificación de la realidad y el engaño”, sentenció Corral.

Farith Simon, abogado egresado de la Universidad de Salamanca y Decano de la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco, en Quito, afirma que uno de los problemas de fondo es el oportunismo con que muchos congresistas correístas, sólo buscan llevar agua a su molino sin tomar en consideración “un proyecto de futuro” que beneficie a toda la población. Después de todo, Correa en un momento cuestionó los subsidios al combustible no sólo en Ecuador, sino en Venezuela. Y el cuestionamiento se lo hizo en la cara a Maduro durante un programa de televisión. Ver vídeo.

“Los asambleístas del correísmo, pescadores a río revuelto, pedían al presidente de la Asamblea Nacional una sesión extraordinaria para destituir a Moreno y adelantar las elecciones por tomar una medida económica que su líder defendió como necesaria en su momento; no les importó, como en muchas otras ocasiones, cambiar de discurso, de causa o de principios a defender”.

La batalla por los subsidios al combustible fue ganada por Moreno, con el respaldo de la policía y el Ejército, que dejaron claro su respaldo al mandatario ecuatoriano. Pero las reformas de Moreno continuarán. En breve se espera su propuesta de reformas al Código Laboral.

Moreno ya redujo de un mes a 15 días las vacaciones que los trabajadores ecuatorianos gozan cada año. Falta aún la batalla por el hecho que esos trabajadores reciben 14 meses de salario al año, doce por los meses laborados, más un mes en concepto de aguinaldo navideño, más uno de aguinaldo escolar.

Los correístas ya han dejado clara su oposición.

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