Las estrictas regulaciones que rigen la industria de préstamos de día de pago, finalizadas durante las últimas semanas de un funcionario designado de la era Obama que dirigió la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB por sus siglas en inglés), permanecerán en su lugar después de que el Congreso permitió que pase un plazo para anularlas.
Las reglas requieren que los prestamistas de día de pago (payday lenders) determinen por adelantado la capacidad de los posibles prestatarios para pagar préstamos a corto plazo de 45 días o menos.
Si el período del préstamo a corto plazo expira y la deuda no se paga, los prestatarios pueden enfrentar cargos dolorosos o verse obligados a refinanciar el préstamo, creando lo que los defensores del consumidor ven como una trampa de deuda.
Mick Mulvaney, el jefe del CFPB designado por el presidente Donald Trump, había intentado anular esas regulaciones, y ha anunciado planes para volver a revisarlas.
Grupos como el Centro para Préstamos Responsables calificaron como una victoria para los consumidores el hecho de que el Congreso dejara vencer el plazo para anular las regulaciones.
