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Charlotte: el reto de los demócratas


Charlotte vive de cerca la fuerza de la publicidad de la campaña del mandatario estadounidense, Barack Obama.
Charlotte vive de cerca la fuerza de la publicidad de la campaña del mandatario estadounidense, Barack Obama.

El presidente Barack Obama necesita revitalizar en la Convención Nacional Demócrata en Carolina del Norte el entusiasmo de los electores que en los comicios de 2008 le dieron el triunfo.

Con las estadísticas económicas en su contra, el presidente Barack Obama está obligado a revitalizar el entusiasmo de su base electoral durante los tres días que durará la Convención Nacional del Partido Demócrata que este martes arranca en Charlotte, Carolina del Norte.

Ante la imposibilidad de poder demostrar que los estadounidenses están hoy mejor que hace cuatro años – lo que se ha convertido en el caballo de batalla de los republicanos--, con su lema electoral “Hacia adelante” los demócratas buscan convencer de que su plan es mejor que el de sus oponentes para garantizar la recuperación económica del país.

En la mira de los demócratas están mayormente los votantes independientes, que serían el gran premio, sin dejar de lado otros segmentos del electorado igualmente importantes y que en 2008 se inclinaron de lleno por Obama: los afroamericanos, las mujeres, los hispanos y los jóvenes.

Consciente de que si Romney logra ganar ventaja entre esos votantes, aunque si sólo fuese marginal sería decisiva en estados claves para las elecciones, el presidente estuvo los últimos días haciendo campaña principalmente con los estudiantes, y en Colorado les dijo “vayan a votar”.

Los entendidos confieren cierta ventaja en todos los comicios al presidente en el poder y que busca la reelección, y esa utilidad resulta mucho más significativa en casos como el de ahora, cuando la mayoría de los sondeos están dando una contienda que aparentemente sería apretada.

Pero con el 67 por ciento de la población sintiéndose todavía pesimista sobre el rumbo económico que lleva el país el reto se acrecienta, de ahí que los estrategas demócratas estén convirtiendo esta carrera por la Casa Blanca más en un referendo sobre Romney que uno sobre las propuestas del presidente.

Analistas apuntan que para poder arrebatarle la Casa Blanca a Obama el candidato republicano necesitaría vencer en Florida y Ohio, y al menos en dos de tres estados también considerados importantes en noviembre: Virginia, Carolina del Norte y Wisconsin.

Sin embargo, a pesar de que Obama fue en 2008 el primer demócrata en ganar en Carolina del Norte desde 1976— por estrecha diferencia—, este año tiene anticipadamente en su contra que la tasa de desempleo en el estado (9,6 por ciento) es superior al promedio nacional.

A principios de año, los votantes de Carolina del Norte incluso decidieron aprobar una enmienda a la constitución estatal que prohíbe el matrimonio entre parejas del mismo sexo, cuando el presidente por el contrario ha dado su visto bueno a tales uniones.

En adición, la gobernadora del estado, la demócrata Bev Perdue, ha perdido credibilidad entre los electores y según un sondeo llevado a cabo en junio pasado por Policy Public Polling, el 59 por ciento de los votantes dijeron sentirse insatisfechos con su labor, y sólo el 30 por ciento la apoyaron.

Una encuesta difundida la víspera por el Charlotte Observer mostró a Romney con ventaja de cuatro puntos sobre Obama (47-43 por ciento) en Carolina del Norte. Pero aún así los demócratas sostienen que su Convención será todo un éxito.

David Axelrod, asesor de la campaña de Obama, aseguró a la cadena de noticias Fox que los demócratas van a tener “una buena semana” en Charlotte. “Nosotros no tenemos los problemas que tiene el otro partido (los republicanos). Nosotros somos un partido unido”, señaló.
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