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Elisa Vegas, la clarinetista venezolana que rompe esquemas en la música clásica


Elisa Vegas, la clarinetista venezolana que rompe esquemas en la música clásica
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En Venezuela, una joven directora de orquesta estrecha vínculos sociales a través de la música clásica. La maestra Elisa Vegas ha llegado a las comunidades más pobres del país, abriéndole paso a violines y flautas que tocan al son de géneros urbanos y tradicionales venezolanos.

Criada entre pentagramas, en el seno de una familia de artistas, la venezolana Elisa Vegas le dio un giro a la típica imagen de la dirección de música clásica: zapatos de goma y jeans, acompañan su batuta.

Con 34 años, la clarinetista dirige la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, una de las más importantes de Venezuela.

"Nunca pensé ser directora, porque todos los que me dirigían, cuando tocaba el clarinete, eran generalmente hombres y ya con cierta edad. Entonces, yo siendo mujer, la verdad que no pensé que eso podía ser para mí", cuenta Vegas a VOA mientras ensaya la presentación de la ópera "Elixir de amor".

La armonía de su orquesta se fusiona con géneros como el ska o la música tradicional venezolana.

"La orquesta que yo dirijo es super arriesgada, es una orquesta de gente joven, a nosotros nos gusta todo tipo de música, entonces, aprovechamos el formato sinfónico, agregamos otros géneros y así vamos sumando a la gente. Eventualmente, se trata de una estrategia bonita de ir acercando a través de la música que todos conocemos, y eso va haciendo que el público cada vez es más grande y luego puedes abordar obras más académicas del repertorio universal”, explica.

En 2020, la maestra Elisa Vegas formó parte de los 115 líderes juveniles del Foro Económico Mundial, escogidos por su conciencia de los problemas sociales y globales.

"Es una gran responsabilidad. Creo que Venezuela en este momento está viviendo un momento muy bonito, un momento de reconstrucción y ahorita siento que, de cierta manera, estamos llevando la batuta de cierto desarrollo cultural".

El cojunto de músicos que lidera interpreta su repertorio tanto en las colinas de los barrios pobres, como en los grandes auditorios.

"Dificultades todos los días, realidades de todo tipo, al final, la orquesta sinfónica termina siendo un pequeño país donde hay de todo y pasa de todo. La orquesta es un país cohesionado"

Venezuela ha exportado directores, egresados de su Sistema Nacional de Orquestas y Coros juveniles e infantiles, que fue reconocido con el premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2008.

Pero, por ahora, las partituras de Elisa Vegas se aferran a Caracas.

"Yo no estoy afuera por decisión, no porque no pudiera, no porque no lo he estado. Mi decisión es estar aquí en Venezuela y de alguna manera mi compromiso ha sido ser un eslabón de algo más grande. Yo siento que mi carrera de directora de orquesta no se trata tanto de mí, sino de lo que yo puedo hacer para impactar"

Y con esta convicción, Elisa Vegas alza su batuta para que la sinfonía entre instrumentos de cuerda, viento y percusiòn no sea solo asunto de élites.

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