Tal como reclamaron algunos legisladores estadounidenses, el escándalo por los agentes del Servicio Secreto que contrataron servicios sexuales en Cartagena ha afectado, no sólo la reputación, sino también a más efectivos de la agencia encargada de la protección del presidente de Estados Unidos.
Por su participación en el episodio con prostitutas en Cartagena, otros tres funcionarios dimitieron de sus cargos y 12 agentes más, fueron vinculados a la investigación, según confirmó la misma agencia.
"Adicionalmente a las acciones administrativas previamente anunciadas, tres nuevos empleados optaron por renunciar", dijo en un comunicado el subdirector del Servicio Secreto, Paul Morrissey.
En los últimos días, un empleado y dos supervisores de la agencia habían renunciado, mientras que todos los agentes vinculados a la investigación perdieron sus autorizaciones para acceder a informaciones secretas. Uno de los agentes fue absuelto de cargos graves, pero ahora debe enfrentarse a una medida administrativa.
Adicionalmente, 11 militares que viajaron a reforzar la seguridad del presidente Barack Obama durante su estadía en Cartagena, también están relacionados con la consecución de unas 20 mujeres para brindar servicios sexuales en el hotel donde se hospedaban.
A las voces de protesta y rechazo que podrían afectar la imagen del presidente Obama en plena campaña presidencial, ahora se suma la de una prostituta colombiana de 24 años que reveló al diario The New York Times que el agente había acordado pagarle 800 dólares por sus servicios sexuales pero al día siguiente le ofreció solo 30, y tras discutir acordaron un pago de 225 dólares por el servicio.
La mujer, conocida como Dania, recibió el dinero y tras retirarse del Hotel Caribe, en Cartagena, buscó a la policía para quejarse. Sin embargo, ella afirma desconocer que quien había contratado sus servicios trabajaba para el mismo presidente de los Estados Unidos: "Ellos nunca me dijeron que estaban con Obama. Eran muy discretos", afirmó la mujer.
El abogado de Dania dijo al mismo diario que ella fue maltratada y que no descarta una demanda contra el gobierno estadounidense, además de confirmar que ella estaría buscando la forma de vender su historia.
Por su participación en el episodio con prostitutas en Cartagena, otros tres funcionarios dimitieron de sus cargos y 12 agentes más, fueron vinculados a la investigación, según confirmó la misma agencia.
"Adicionalmente a las acciones administrativas previamente anunciadas, tres nuevos empleados optaron por renunciar", dijo en un comunicado el subdirector del Servicio Secreto, Paul Morrissey.
En los últimos días, un empleado y dos supervisores de la agencia habían renunciado, mientras que todos los agentes vinculados a la investigación perdieron sus autorizaciones para acceder a informaciones secretas. Uno de los agentes fue absuelto de cargos graves, pero ahora debe enfrentarse a una medida administrativa.
Adicionalmente, 11 militares que viajaron a reforzar la seguridad del presidente Barack Obama durante su estadía en Cartagena, también están relacionados con la consecución de unas 20 mujeres para brindar servicios sexuales en el hotel donde se hospedaban.
A las voces de protesta y rechazo que podrían afectar la imagen del presidente Obama en plena campaña presidencial, ahora se suma la de una prostituta colombiana de 24 años que reveló al diario The New York Times que el agente había acordado pagarle 800 dólares por sus servicios sexuales pero al día siguiente le ofreció solo 30, y tras discutir acordaron un pago de 225 dólares por el servicio.
La mujer, conocida como Dania, recibió el dinero y tras retirarse del Hotel Caribe, en Cartagena, buscó a la policía para quejarse. Sin embargo, ella afirma desconocer que quien había contratado sus servicios trabajaba para el mismo presidente de los Estados Unidos: "Ellos nunca me dijeron que estaban con Obama. Eran muy discretos", afirmó la mujer.
El abogado de Dania dijo al mismo diario que ella fue maltratada y que no descarta una demanda contra el gobierno estadounidense, además de confirmar que ella estaría buscando la forma de vender su historia.