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Exsecretarios de Defensa llaman la atención a Trump sobre denuncias de fraude electoral


En esta fotografía de archivo del 15 de diciembre de 2006, el entonces secretario saliente de Defensa, Donald Rumsfeld, a la izquierda, estrecha manos con el vicepresidente Dick Cheney durante un acto en el Pentágono.
En esta fotografía de archivo del 15 de diciembre de 2006, el entonces secretario saliente de Defensa, Donald Rumsfeld, a la izquierda, estrecha manos con el vicepresidente Dick Cheney durante un acto en el Pentágono.

El presidente Donald Trump no ha dado señales de que vaya a reconocer su derrota. A los antiguos jefes del Pentágono aún vivos les preocupa que Trump intente recurrir a los militares para dirimir el presunto fraude electoral.

En una extraordinaria llamada de atención al presidente Donald Trump, los diez exsecretarios de defensa vivos advirtieron contra cualquier intento para implicar a las fuerzas armadas en la controversia del fraude electoral argumentando que eso podría llevar al país a “territorio peligroso, ilegal e inconstitucional”.

Los diez exfuncionarios, tanto demócratas como republicanos, firmaron un artículo de opinión publicado en The Washington Post en el que implícitamente cuestionaron la disposición de Trump a observar su deber constitucional de entregar pacíficamente el poder el 20 de enero.

Tras los comicios del 3 de noviembre y recuentos posteriores en algunos estados, así como infructuosas impugnaciones judiciales, el resultado es claro, escribieron sin mencionar a Trump por su nombre en el texto.

“El tiempo para cuestionar los resultados ha pasado; el tiempo para el conteo formal de los votos del colegio electoral, como lo prevé la Constitución y los estatutos, ha llegado”, escribieron.

Los extitulares del Pentágono advirtieron contra el uso de las fuerzas militares en cualquier plan para cambiar el resultado.

“Las acciones para implicar a las fuerzas armadas de Estados Unidos en la solución de disputas electorales podría llevarnos a territorio peligroso, ilegal e inconstitucional”, agregaron. “Las autoridades civiles y militares que ordenen o lleven a cabo tales medidas tendrán que rendir cuentas, incluso enfrentar posibles sanciones penales, por las graves consecuencias de sus acciones contra nuestra república”.

Un número de oficiales militares de alto rango, como el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, han dicho públicamente en las últimas semanas que las fuerzas armadas no tienen ningún papel en determinar el resultado de las elecciones estadounidenses y que son leales a la Constitución, no a un líder individual o a un partido político.

Los diez exjefes del Pentágono también advirtieron en su tribuna de los peligros de impedir una transición total y tersa en el Departamento de Defensa antes de la asunción presidencial como parte de la transferencia del poder al presidente electo Joe Biden. Biden se ha quejado de los intentos de funcionarios del Pentágono nombrados por Trump para obstruir la transición.

Sin mencionar un ejemplo específico, los autores del texto escribieron que los traspasos del poder “ocurren a menudo en medio de incertidumbre internacional sobre las políticas y posturas de la seguridad nacional estadounidense”. “Pueden tener lugar en momentos en que la nación es vulnerable a las acciones de adversarios que buscan aprovecharse de la situación”, agregaron.

Precisamente, las tensiones con Irán representan un momento de este tipo. El domingo se cumplió un año desde que Estados Unidos eliminó a Qasem Soleimani, el principal general iraní; Irán ha jurado vengar esa muerte y las autoridades estadounidenses dijeron en los últimos días que aumentaron la alerta ante un posible ataque iraní contra fuerzas o intereses estadounidenses en el Oriente Medio.

En un nuevo indicio de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, el secretario interino de Defensa, Christopher Miller, anunció el domingo en la noche que ha cambiado su decisión de enviar el portaviones USS Nimitz, al país desde el Medio Oriente y lo mantendrá en misión. Apenas la semana pasada, Miller había anunciado que traería al Nimitz de vuelta a Estados Unidos, decisión a la que se opusieron militares de alto rango.

Miller atribuyó su marcha atrás a las recientes amenazas proferidas por los dirigentes iraníes contra el presidente Trump y otros funcionarios estadounidenses. No abundó en detalles y el Pentágono se abstuvo de responder a preguntas.

El artículo de opinión fue firmado por Dick Cheney, William Perry, Donald Rumsfeld, William Cohen, Robert Gates, Leon Panetta, Chuck Hagel, Ash Carter, James Mattis y Mark Esper. Mattis fue el primer secretario de Defensa de Trump; renunció en 2018 y le sucedió Esper, despedido días después de los comicios del 3 de noviembre.

El diario The Washington Post informó que la idea de escribir el artículo de opinión comenzó con una conversación entre Cheney y Eric Edelman, un embajador retirado y ex funcionario de alto rango del Pentágono, sobre cómo Trump podría buscar la utilización de las fuerzas armadas en los próximos días.

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