El sol brilló este martes en Carolina del Sur, las lluvias han amainado, pero tomará varios días e incluso semanas para que la vida regrese a la normalidad luego de las históricas lluvias que han azotado el estado en los últimos cinco días.
El peligro tampoco ha cesado. La gobernadora Nikki Haley ordenó evacuaciones obligatorias tras la ruptura de por lo menos 11 represas y la posibilidad de que otras puedan ceder.
Las autoridades están abriendo las exclusas de algunas represas para evitar la ruptura de las mismas y controlar el flujo de agua hacia el exterior. En algunos lugares el nivel del agua todavía está aumentando y las autoridades advirtieron del peligro de las vías inundadas.
La gobernadora Haley sobrevoló el estado y dijo que "todavía hay que ser cautelosos...porque lo que vio es perturbador". La funcionaria dijo que es muy pronto para valorar el monto de los daños sufridos, aunque alguos expertos dicen que podrían ascender a más de mil millones de dólares.
El presidente Barack Obama, firmó el lunes una declaración de desastre, que permite al estado recibir ayuda federal.
Al menos 15 personas han muerto en Carolina del Sur a consecuencia de las intensas lluvias. En Carolina del Norte se han reportado dos muertos.
En Columbia, la capital de Carolina del Sur unas 40.000 viviendas están sin agua potable y al resto de los 375.000 habitantes de la ciudad se les aconsejó hervir el agua antes de consumirla. La advertencia durará un buen tiempo, dijo el alcalde Steve Benjamin.
Hasta el martes, unas 800 personas estaban albergadas en unas dos docenas de refugios, y la gobernadora Haley dijo que es posible que el número aumente en los próximos días.
El servicio eléctrico ha retornado a la normalidad. Pero las clases en varias escuelas y universidades han sido canceladas por el resto de la semana.