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Exjefe de la DEA en Colombia fue absuelto en caso de prostitución


Richard Dobrich se retiró de la DEA en octubre después de una carrera de casi tres décadas para asumir un empleo en el sector privado.
Richard Dobrich se retiró de la DEA en octubre después de una carrera de casi tres décadas para asumir un empleo en el sector privado.

El ex jefe de la oficina de la Administración para el Control de Drogas​ del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DEA), en Colombia, ha sido absuelto de irregularidades, a raíz de una investigación de acusaciones de mala conducta, que incluía el presunto uso de recursos del gobierno para contratar prostitutas.

Una carta de la DEA dirigida a Richard Dobrich dijo que la investigación reveló que "no hay pruebas que respalden esta alegación" y que estaba siendo cerrada.

Dobrich proporcionó a The Associated Press una copia de la carta fechada el 7 de diciembre, firmada por Preston Grubbs, el jefe adjunto de la DEA. La portavoz de la DEA, Mary Brandenberger, confirmó que había sido absuelto, pero no quiso hacer más comentarios.

La Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia inició una investigación sobre Dobrich, el funcionario de mayor rango de la DEA en América del Sur, tras recibir una queja anónima en la que se afirmaba que había dirigido a conductores colombianos que trabajaban para la Embajada de Estados Unidos en Bogotá "para obtener trabajadores sexuales", según una copia de la queja obtenida por AP.

Dobrich, un exSEAL de la Marina que resultó herido durante un tiroteo con los talibanes, durante una redada antinarcóticos en Afganistán en 2010, calificó la acusación de un intento de "difamación", posiblemente por un ex empleado de la DEA.

"Nunca deshonré el juramento que hice y aún me preocupo profundamente por la misión de la DEA y las personas que trabajan muy duro para abordar problemas graves", dijo en una entrevista el lunes. Agregó que había presentado una queja ante la policía colombiana que podría descubrir la identidad del autor.

También expresó su frustración por el hecho de que la denuncia anónima y la noticia de la investigación salieran a la luz, diciendo que había causado daño a su familia y a su reputación. También reclamó que el liderazgo de la DEA debería haber hecho más para defenderlo ante lo que él llamó una "obvia acusación ridícula".

"Me trataron como a un leproso", dijo. "Esta es una gran receta sobre cómo causar el caos en una oficina".

Dobrich dijo que ha presentado una queja ante el Departamento de Justicia, alegando retrasos indebidos en el cierre del caso y en la limpieza de su nombre.

La labor de Dobrich como el principal ejecutivo de la DEA en Colombia comenzó en 2015, cuando fue contratado para restablecer el orden después de que un informe del inspector general reveló que se realizaban "fiestas sexuales" con prostitutas contratadas por carteles colombianos. Ese escándalo provocó la suspensión de varios agentes y el retiro de Michele Leonhart, la administradora de la DEA en ese momento.

La prostitución es legal en Colombia, pero la política del Departamento de Justicia prohíbe a los agentes de la DEA participar en dicha actividad porque podría hacer que se vean comprometidos por los carteles de la droga que persiguen.

"Habría tenido que ser demasiado estúpido para participar en ese tipo de conducta considerando la historia de la oficina", dijo Derek Maltz, un exagente que dirigió la división de operaciones especiales de la DEA.

Dobrich, de 54 años, se retiró de la DEA en octubre después de una carrera de casi tres décadas para asumir un empleo en el sector privado.

Antes de Bogotá, supervisó los equipos FAST de estilo militar de la DEA que combatían a los narcotraficantes en Afganistán y América Latina.

La oficina de la DEA en Bogotá es crítica para los esfuerzos de Estados Unidos para controlar el tráfico de drogas, y bajo el mandato de Dobrich, las incautaciones de cocaína aumentaron a un máximo histórico al mismo tiempo que aumentaba la producción de cocaína.

Maltz dijo que estaba triste por ver a Dobrich abandonar la agencia por la que había derramado sangre.

"Tengo mucho respeto por su valor", dijo Maltz. "Desafortunadamente, hay una tendencia en el gobierno donde permitimos que las personas que escriben cartas anónimas lastimen a las personas que han dedicado toda su vida al servicio público".

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