El Gobierno colombiano reiteró que la presencia y participación de delegados de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, en el encuentro del movimiento político Bolivariano en Venezuela, efectuado la semana pasada en Caracas es una afrenta al país.
De acuerdo con la postura definida por Colombia, la participación de las FARC se interpreta como el reconocimiento a una organización armada que se encuentra dentro del marco del terrorismo, de conformidad con el Derecho Internacional de Naciones.
En este sentido esta dirigida la notificación colombiana a las Naciones Unidas (ONU)y la Corte Penal Internacional, además de las solicitudes del Gobierno a la justicia local, a través de la Fiscalía General de la Nación, para abrir procesos judiciales a los responsables.
También el ministro de Defensa Gabriel Silva dijo en Bogotá que el informe de la Comisión Civil Ecuatoriana sobre el caso Angostura ratifica la protección a jefes de las FARC y la participación de esa organización en política para constituir un partido continental.
“Cuando dirigentes políticos de Venezuela, dicen que temen un ataque sobre su país y reconocen que con ellos está un movimiento como las FARCn están ratificando que hay campamentos de las FARC, en Venezuela y que Iván Márquez está con agentes terroristas en ese país”, dijo el Ministro.
El Gobierno colombiano recordó que si un país acoge a un movimiento armado reconocido como terrorista, está aceptando que esa ilegalidad hace parte de un proyecto político que se quiere extender de manera continental, precisó el ministro de Defensa Gabriel Silva.
Con los anteriores argumentos Colombia hizo la notificación a Naciones Unidas y a la Corte Penal Internacional, en tanto que pidió solidaridad latinoamericana en torno a la presencia de las FARC en Venezuela.
Distintos centros de estudios de política internacional y analistas en varios diarios colombianos, sugirieron buscar que varios países actúen como veedores en el diferendo Colombo-Venezolano, tras observar que no se trata en este caso solo de amenazas de las fuerzas de un estado, sino también de estas, con el apoyo de armados reconocidos como terroristas.