Filadelfia se podría convertir en la ciudad más grande en Estados Unidos en aplicar un impuesto a las bebidas azucaradas.
Cientos de personas participaron en una audiencia ante el concejo de la ciudad para expresar sus puntos de vista sobre la posibilidad de la nueva medida.
Los que se oponen a la legislación gritaban “No más impuestos”, mientras los que la apoyan coreaban “Los niños no pueden esperar”.
El alcalde Jim Kenney ha propuesto un impuesto de tres centavos para las bebidas gaseosas y otras bebidas azucaradas para invertirlo en clases de prekindergarten para todos, escuelas comunitarias y mejoras en los parques.
El concejo aún no está muy convencido con la medida. Una propuesta alternativa sobre imponer un impuesto sobre los envases no reusables está aún bajo consideración.
Este impuesto también podría alcanzar a las botellas de agua y algunos jugos de vegetales.
La industria de las bebidas gaseosas ha gastado millones en campañas para evitar que se aplique un impuesto a sus productos.
Berkeley en California es la única ciudad que cuenta con una ley parecida a la que se pretende imponer en Filadelfia.