Enlaces para accesibilidad

Dos uruguayos con la gripe A H1N1


<!-- IMAGE -->

La gripe A H1N1 llegó a Uruguay, tal como habían anticipado las autoridades de salud, con dos casos confirmados y un caso sospechoso en Salto.

El caso de infección sospechoso sólo podrá ser confirmado el lunes, ya que los análisis fueron enviados a Montevideo, según informó el periódico El País.

Los dos casos confirmados son importados de Argentina, donde el pánico por la gripe es mayor pues allí el número de infectados llega a 70, según informó la prensa argentina.

El miércoles, la ministra de Salud de Uruguay, María Julia Muñoz, dijo en una conferencia de prensa que los afectados en el país son un hombre de 24 años y una menor de 15 años que viajaron a Argentina.

Lea además: Argentina es el sexto país más afectado por la gripe

<!-- IMAGE -->

El joven de 24 años, de iniciales R.D., dijo a la Voz de América en una entrevista telefónica que su caso fue atípico ya que no presentó los síntomas comunes de la gripe A H1N1, tales como dolor de cabeza, fiebre alta y dolores musculares.

Lo único que tenía, según dijo, era un resfrío.

No obstante, decidió alertar al Ministerio de Salud Pública de sus síntomas ya que entre el 15 y el 18 de mayo estuvo en Buenos Aires en un torneo ecuestre y luego se enteró que algunos de los participantes tuvieron la gripe.

El lunes, le hicieron un exudado nasal y el miércoles se enteró que tuvo la gripe pero que le quedaban sólo los resabios.

“Todo el mundo con el que hablo me dice que es increíble”, aseguró.

“No tuve nada. La doctora me dijo que quizá por ser deportista y tener las defensas que tengo no se me presentaron los síntomas típicos de la gripe”.

Pero por más bien que se sienta, al ser uno de los primeros con la gripe en Uruguay, fue asediado por la prensa.

“No es divertido, por eso quiero mantenerme en anonimato”, dijo el joven.

“Hoy me levanté a las 6.30 am porque me mandaron mensajes al celular para los programas de televisión de la mañana. Apagué el teléfono hasta el mediodía. Cuando lo prendí, tenía 45 llamadas perdidas. Lo apagué de nuevo, ¡y las siete de la tarde tenía 82 llamadas perdidas! Y revisando las llamadas, vi que sólo tres eran de amigos, porque ellos me llaman a mi casa”.

Para los que logran contactarlo cuando tiene el celular prendido, R.D. tenía un mensaje para dar: “Me gusta decirle a la gente que se quede tranquila, no es como para volverse loco y pensar que te vas a morir. Le ponen mucho color al tema”.

Escribe desde Montevideo, Uruguay, Federica Narancio para la Voz de América.
XS
SM
MD
LG