Un detallado estudio del genoma de diversas poblaciones humanas modernas permitió descubrir vestigios del hombre del extinto hombre de Neandertal, uno de los precursores del hombre moderno, que llevó a los científicos a concluir que durante el período en que ambos coexistieron, hasta hace 28 mil años atrás, hubo entrecruzamientos que produjeron individuos fértiles, según publicó la revista Science.
Un grupo de investigadores conducidos por Svante Paabo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, Richard Green de la Universidad de California en Santa Cruz, y David Reich de la Escuela de Medicina de Harvard compararon el material genético extraído de los huesos de tres Neandertal y compuesto por 3 mil millones de nucleótidos, con el de cinco seres humanos modernos.
Los estudios del genoma del hombre de Neandertal, realizados a partir de huesos de un cráneo de la ya extinta especie, permite responder uno de los interrogantes más debatidos en la antropología durante muchos años, y es que efectivamente hubo cruzamiento entre los Neanderthal y los seres humanos modernos.
De hecho, pobladores de algunas áreas del mundo, específicamente descendientes de europeos y asiáticos, cargan vestigios genéticos del hombre de las cavernas.
Según las estimaciones que los científicos divulgaron, entre el 1 y el 4 por ciento de los genes de los pobladores de Europa y Asia pueden ser rastreados tan profundo en el tiempo que permite llegar hasta el desaparecido hombre de Neandertal.
"En cierto modo, sobreviven", comentó gráficamente Svante Paabo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania.
Las conclusiones del equipo científico fueron reportadas en la revista Science, muestran una relación entre los Neandertal y seres humanos modernos fuera de África, precisó Paabo.
Lo que el estudio sugiere es que el exitoso cruzamiento se produjo en el Oriente Medio, donde ambos grupos vivieron hace miles de años. La relación genética con los Neanderthal se halló en gente de Europa, China y Papúa Nueva Guinea, pero no de África.
Richard Potts, director del Programa sobre los Orígenes Humanos en el Museo de Historia Nacional del Instituto Smitshonian reconoció estar “impresionado por el matiz que consiguieron captar".
Por su parte, Todd Disotell, antropólogo en la Universidad de Nueva York, sugirió que se tomen exámenes a más africanos. "Sospecho que, a medida que examinemos a más africanos hallaremos algunos de esos antiguos linajes en Africa", afirmó Disotell, que no formó parte de la investigación.