El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo el lunes que la cifra de muertos tras el tiroteo en la provincia canadiense de Nueva Escocia se elevó a 18 personas, incluido al menos un oficial de policía, durante disturbios que se prolongaron por 12 horas, dijeron el domingo las autoridades.
"Somos un país que está unido en nuestro esfuerzo por derrotar una pandemia, salvar vidas y ayudarnos mutuamente a llegar a un día mejor. Pero ayer, nos sacudió esa causa común por la violencia y la tragedia sin sentido en Nueva Escocia , un hombre armado se cobró la vida de al menos 18 personas, entre ellas una mujer en uniforme cuyo trabajo es proteger vidas, incluso si pone en peligro la suya. La agente Heidi Stevenson de la Real Policía Montada de Canadá", dijo Trudeau.
Asimismo, pidió a la prensa que evitara mencionar el nombre y mostrar la imagen del atacante.
"No le den el regalo de la infamia. En vez de eso, enfoquemos toda nuestra intención y atención en las vidas que perdimos y en las familias y amigos", dijo el primer ministro.
La policía dijo a periodistas que Gabriel Wortman, de 51 años, disparó a personas en varios lugares de la provincia y que para ese momento, todavía estaban tratando de establecer un número de víctimas.
Agregaron que Wortman había muerto, pero no confirmarían un informe del canal de televisión CTV de que la Real Policía Montada de Canadá había matado a tiros al atacante.
Los ataques comenzaron tarde el sábado en la pequeña ciudad costera atlántica de Portapique, a unos 130 kilómetros al norte de la capital provincial, Halifax.
La masacre parecía ser el peor acto de muertes en masa en Canadá desde que un hombre armado mató a 15 mujeres en Montreal en diciembre de 1989.
"Este es uno de los actos de violencia más sin sentido en la historia de nuestra provincia", dijo a periodistas el primer ministro de Nueva Escocia, Stephen McNeil, sin dar detalles.
Los tiroteos masivos son relativamente raros en Canadá, que tiene leyes de control de armas más estrictas que Estados Unidos.
