Los abogados defensores de cuatro ex guardias de seguridad de una compañía privada que realizaron una masacre en Irak en 2007 prometieron apelar la condena a cadena perpetua y 30 años de cárcel que les fue impuesta el lunes.
El incidente, en el que murieron 14 civiles iraquís desarmados y otros 17 resultaron heridos, ocurrió en la plaza Nisoor de Bagdad y tensó la relaciones entre Estados Unidos e Irak además de causar escándalo internacional por el empleo de guardias de seguridad privados en una zona de guerra.
El juez del distrito de Estados Unidos, Royce Lamberth, condenó a cadena perpetua a Nicholas Slatten, uno de los exguardias, y a 30 años de cárcel a tres de sus compañeros. Los cuatro trabajaban para la empresa Blackwater.
Los abogados piensan apelar basados en el supuesto procesamiento vengativo y en el cuestionamiento a que se pueda juzgar a los contratistas del Departamento de Estado cuando existe una ley federal que cubre los delitos en el extranjero de los empleados civiles del Departamento de Defensa.