La red al Qaeda se atribuyó este martes la autoría de dos asaltos a prisiones en Irak la noche del domingo que facilitaron la fuga de más de 500 reos, una buena parte de ellos considerados peligrosos terroristas.
Fuerzas de seguridad iraquíes establecieron puntos de control y han desatado una cacería humana para capturar a los fugitivos, pero solo unos pocos han sido hasta ahora detenidos. “La mayoría eran altos miembros de al Qaeda convictos y estaban condenados a muerte”, dijo a Reuters el legislador Hakim al Zamili.
El grupo denominado Estado Islámico de Irak y el Oriente Medio, integrado a principios de año por las ramas iraquí y siria de al Qaeda, reivindicó los ataques casi simultáneos a las prisiones de Abu Ghraib y Taji, a unos 20 kilómetros al norte de Bagdad.
Un comunicado del grupo indicó en los asaltos participaron combatientes suicidas, y se emplearon cohetes y 12 carros bombas que causaron la muerte a 120 militares. Según el ministerio del Interior iraquí, 29 policías y soldados murieron y 36 resultaron heridos.
Según fuentes iraquíes, el nivel de coordinación visto en los ataques sugiere que exoficiales del ejército habrían estado implicados o participado directamente en la fuga.
Un alto oficial iraquí indicó que las fuerzas de seguridad estaban en estado de máxima alerta tras haber recibido informes de que algunos de los más importantes fugitivos de al Qaeda buscaban escapar a la vecina Siria.
Fuerzas de seguridad iraquíes establecieron puntos de control y han desatado una cacería humana para capturar a los fugitivos, pero solo unos pocos han sido hasta ahora detenidos. “La mayoría eran altos miembros de al Qaeda convictos y estaban condenados a muerte”, dijo a Reuters el legislador Hakim al Zamili.
El grupo denominado Estado Islámico de Irak y el Oriente Medio, integrado a principios de año por las ramas iraquí y siria de al Qaeda, reivindicó los ataques casi simultáneos a las prisiones de Abu Ghraib y Taji, a unos 20 kilómetros al norte de Bagdad.
Un comunicado del grupo indicó en los asaltos participaron combatientes suicidas, y se emplearon cohetes y 12 carros bombas que causaron la muerte a 120 militares. Según el ministerio del Interior iraquí, 29 policías y soldados murieron y 36 resultaron heridos.
Según fuentes iraquíes, el nivel de coordinación visto en los ataques sugiere que exoficiales del ejército habrían estado implicados o participado directamente en la fuga.
Un alto oficial iraquí indicó que las fuerzas de seguridad estaban en estado de máxima alerta tras haber recibido informes de que algunos de los más importantes fugitivos de al Qaeda buscaban escapar a la vecina Siria.