Miles de manifestantes desafiaron al gobierno de Irán por considerarlo autoritario en el conflicto interno más grave del país desde la Revolución Islámica de 1979.
La policía usó gas lacrimógeno y así como tanques con chorros de agua de alta presión para dispersar a los iraníes concentrados en Teherán.
Otro grupo de por lo menos 3.000 manifestantes corearon consignas como “Muera el dictador y muera la dictadura” en la céntrica Plaza de la Revolución.
La policía disparó gases lacrimógenos, cañones hidrantes y armas de fuego, pero no estaba claro si usó munición de guerra.
Decenas de videos tomados por aficionados y enviados por medio de páginas públicas como youtube, facebook o twitter, mostraban a la policía usando bastones y golpeando encarnizadamente a varias personas incluidas mujeres ancianas.
Otros manifestantes resistían a los ataques e incendiaban las motocicletas de los milicianos en las calles aledañas a la Plaza Libertad.
En todas partes resonaban las sirenas de las ambulancias y se alzaban columnas de humo negro.
Por cuarto día consecutivo, cientos de miles de partidarios del candidato presidencial reformista Mir Hossein Mousavi salieron a la calle para reclamar que el gobierno anule y repita las elecciones del 12 de junio, que oficialmente dieron una victoria abrumadora al presidente Mahmud Ahmadinejad. Mousavi acusó al gobierno de cometer fraude electoral.
Otro buen grupo de personas, la mayoría de ellos iraníes o familiares de iraníes, se manifestó en las calles de Washington en apoyo a las manifestaciones en su país, llevando carteles que pedían apoyo al gobierno de Estados Unidos para defender los derechos de sus compatriotas.
El presidente estadounidense Barack Obama se ha mantenido al margen de los sucesos en Irán, pero su ex contendiente político el republicano John McCain criticó fuertemente la posición inerte que mantiene la Casa Blanca ante el conflicto.
Muchos temen en que las manifestaciones contra Ahmadinejad puedan terminar con cientos de muertos.