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Convirtiéndose al Islam


Safia el-Kasaby vive ahora en Florida y promueve el Corán como una religión y forma de vida.
Safia el-Kasaby vive ahora en Florida y promueve el Corán como una religión y forma de vida.

Una estadounidense se convierte al Islam después de sus familiares fueron víctimas del ataque en septiembre 11.

Cuando los terroristas atacaron a Estados Unidos en 2001, algunos estadounidenses se enojaron con el Islam y empezaron a ver a todos los musulmanes como potenciales terroristas.

Otros ahora entienden mejor, porque el Islam ha sido muy relevante en los medios de comunicación.

Elizabeth Torres no es alguien que se puede esperar profese las virtudes del Islam. El 11 de septiembre de 2001.

"En ese momento, no culpe ninguna religión por lo que le sucedido a mi familia", señala Torres, una puertorriqueña que perdió a varios miembros de su familia aquel 11 de septiembre.

Al-Qaida se atribuyó la responsabilidad.

Torres dice que buscó afanosamente el significado espiritual de este incidente. Lo cual encontró pocos años después, mientras vacacionaba en Marruecos.

Torres se convirtió al Islam, se casó con un egipcio, 22 años más joven que ella, y su nuevo nombre es Safia el-Kasaby.

"La religión no dice que hay que destruir nada. Lo que hicieron esas personas fue producto de la manipulación, les lavaron cerebro", alega esta nueva seguidora del Islam.

Durante dos años, el-Kasaby trabajó como gerente de negocios de la mezquita más grande en Tampa, Florida. Allí enfrentó a los hombres musulmanes sobre las diferencias entre las tradiciones culturales y las enseñanzas del Corán. Con el tiempo, esta fricción terminó con su salida.

La familia el-Kasaby se volvió en su contra. Su hija mayor, Sylvia, viuda de un militar, no quería hablar con ella. Su otra hija de dieciséis años de edad, Natalia, escuchaba comentarios de sus amigos.

Pero ella se diferencia de lo que muchos consideran la tradición musulmana. En una tienda en Florida, el-Kasaby, o Torres, vive rodeada de ejemplos de cómo se debe actuar y cómo debe vestirse en su nueva religión.

“Lo más importante es la relación que tengo con Dios. Si mi corazón está bien con él, entonces no importa lo que digan.”, advierte el-Kasaby.

El-Kasaby reconoce que es poco convencional. Ella promueve el Islam, pero no puede decir lo mismo de todos los musulmanes.

Con respecto a septiembre 11, sigue culpando al hombre, no a la religión.

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