México reemplazó a todos sus 700 inspectores de aduanas con agentes especializados en detectar contrabando de armamentos y drogas.
La reestructuración, que duplicó el número de inspectores a 1.400, es parte de un plan que busca eliminar la corrupción y mejorar la vigilancia con nueva tecnología, en los puertos de entrada de México.
Los antiguos inspectores de aduanas tuvieron que entregar sus armas a los soldados antes de dejar sus puestos. Enrique Torres, portavoz de la policía en Ciudad Juárez, dijo que cientos de soldados ayudaron a mantener el orden durante la transición.
“En relación al despliegue (de soldados) en el área de aduanas en la frontera, el personal militar está vigilando aquellas regiones que requieren su presencia. Fue hecho para controlar el registro de armas que la policía de aduanas tenía asignada”, afirmó Torres.
Ahora, 1,400 agentes están a cargo de los 49 puertos mexicanos. La mayoría de los funcionarios posee una educación universitaria, y todos ellos fueron sometidos a una rigurosa investigación, dijeron funcionarios.
El principal foco de la restructuración es combatir la evasión fiscal, pese a que México trata de confiscar el mayor número posible de armas de contrabando introducidas desde Estados Unidos y que terminan en las manos de los miembros de los carteles de las drogas.