Seis policías murieron en Colombia tras un ataque de rebeldes izquierdistas en el departamento de Nariño, una región montañosa fronteriza con Ecuador.
La nueva escalada de violencia de la guerrilla en Colombia ha dejado más de 45 muertos entre efectivos de las Fuerzas Armadas e insurgentes en la última semana.
El ministerio de Defensa de Colombia informó que el ataque se registró cerca al municipio de Samaniego, donde una columna guerrillera atacó el cuartel policial con misiles de fabricación casera y ráfagas de armas de largo alcance.
El comandante de la policía en el departamento de Nariño, coronel William Montezuma, atribuyó el ataque a una alianza de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Por su parte, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, dijo que la guerrilla busca demostrar poderío militar, desacreditar la política de seguridad del Gobierno, y llegar fortalecidos a un eventual diálogo de paz.
"Hay un pequeño número de enloquecidos terroristas empeñados en realizar atrocidades para tratar, estratégicamente, de frenar el ímpetu de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, y políticamente de quitarle piso y respaldo ciudadano a la Política de Seguridad Democrática", afirmó Rivera.
Rivera advirtió que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos solo negociará con las FARC y con el ELN cuando sean liberados todos los secuestrados, se suspendan las hostilidades y anuncien públicamente su intención de dejar la lucha armada y deponer las armas.
"Frente al desafío del terrorismo, unidad nacional”, dijo el ministro Rivera.
La escalada de ataques de la guerrilla contra las Fuerzas Armadas comenzó hace una semana, cuando las FARC activaron cargas explosivas al paso de un vehículo de la policía, una acción que dejó 14 muertos. Los rebeldes remataron a los uniformados con tiros de gracia y luego incineraron sus cadáveres, denunció el Gobierno.