Un avión de Ethiopian Airlines se desplomó el domingo poco después de despegar de la capital etíope, dejando una enorme zanja en la tierra y causando dolor en 35 naciones de las que procedían las 157 personas que murieron.
No hubo indicios inmediatos de por qué la aeronave se vino abajo después de que despegara en buenas condiciones climáticas hacia Nairobi, la capital de Kenia. El accidente fue sumamente similar al ocurrido con el avión de Lion Air que cayó al mar el año pasado frente a las costas de Indonesia minutos después de despegar, cobrando la vida de las 189 personas a bordo. En ambos casos la aeronave era un Boeing 737 Max 8.
El accidente puso fin a dos años de relativa calma en los cielos del continente africano, donde ha habido problemas en el transporte desde hace tiempo. También significa un duro golpe para la aerolínea paraestatal Ethiopian Airlines, que se ha expandido hasta convertirse en la de mayor tamaño y mejor gestión del continente, convirtiendo a Adís Abeba en la entrada a África.
“Ethiopian Airlines es una de las aerolíneas más seguras del mundo. En estos momentos no podemos descartar nada”, dijo el director general Tewolde Gebremariam en declaraciones a la prensa. Visitó el sitio del desplome y se paró en el enorme cráter que quedó con escombros esparcidos.
Las bolsas negras con cadáveres estaban cerca del lugar, mientras trabajadores de la Cruz Roja y otras organizaciones buscaban restos. Al atardecer aún no se encontraba la grabadora de datos de vuelo de la aeronave, dijo el director de operaciones de la aerolínea.
El dolor invadió a familias de todo el mundo. En el aeropuerto de Adís Abeba una mujer llamaba en vano a un número celular. “¿Dónde estás hijo?”, afirmaba entre lágrimas. Otros rompieron en llanto al llegar a la terminal.
Entre las víctimas había un hombre nigeriano que estaba casado con la hermana de Henom Esayas, quien narró a The Associated Press que él y su hermana quedaron perplejos cuando un desconocido respondió a las incontables llamadas al celular de su cuñado. Del otro lado de la línea, la persona les dijo que había encontrado el teléfono entre los escombros y rápidamente lo apagó.
Líderes de las Naciones Unidas, la agencia de refugiados de la ONU y el Programa Mundial de Alimentos anunciaron que algunos de sus colegas viajaban a bordo de la aeronave. La agencia migratoria de la ONU calculó que fallecieron alrededor de 19 empleados afiliados al organismo mundial. Tanto Adís Abeba como Nairobi son centros de trabajo importantes para trabajadores humanitarios, y varias personas se dirigían a una conferencia ambiental programada para el lunes en Nairobi.
La ruta Adís Abeba-Nairobi conecta a las dos principales potencias económicas del este de África. Viajantes quemados por el sol y grupos de turistas ocupan las salas de espera del aeropuerto de la capital etíope, junto con empresarios de China, las naciones árabes y de otras partes del mundo.
En la lista de víctimas que dio a conocer Ethiopian Airlines hay pasajeros de China, Estados Unidos, Arabia Saudí, Nepal, Israel, India y Somalia. Kenia perdió a 32 ciudadanos y Canadá a 18. Varios países, incluyendo Estados Unidos, perdieron a por lo menos cuatro personas.
Las autoridades etíopes declararon el lunes como día de luto nacional.