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Dúo hace que música suene


Charles West y Larry Jernigan arreglan instrumentos juntos desde hace más de 20 años.
Charles West y Larry Jernigan arreglan instrumentos juntos desde hace más de 20 años.

Dos hombres reparan los instrumentos musicales de más de 120 escuelas en Washington. Casi no hay instrumento que no puedan reparar. Y aman la música.

Las escuelas públicas de Washington, capital de Estados Unidos, proporcionan a los estudiantes con instrumentos musicales de forma gratuita.

Pero cuando algo va mal y un instrumento se rompe, sólo hay dos personas que hacen las reparaciones en más de 120 escuelas.

Charles West y Larry Jernigan trabajan con pasión. Para ambos hombres, es importante que los estudiantes tengan una experiencia alegre con la música.

“En realidad me encanta mi trabajo”, dice West. “A veces parece no ser un trabajo, pero lo es”.

“Me gusta el hecho de que mi trabajo gire alrededor de la música, mi trabajo involucra la música”, añade Jernigan.

Los dos han trabajado juntos durante casi 20 años. Estiman que sólo este año arreglaron 450 instrumentos y afinaron cerca de 125 pianos.

Aseguran que se especializan en casi todo tipo de instrumentos y aún no se toparon con uno que no pudieran arreglar.

“Hay casos en los que nos encontramos con instrumentos que están más allá de la reparación económica”, cuenta West. “Así que sacamos las partes de esos instrumentos y los usamos para dar vida a otros instrumentos”.

Ambos son músicos y amantes de la música, por lo que aprender a reparar instrumentos fue algo natural para ellos.

“He sido músico toda mi vida. Tengo casi 50 ahora y he tocado instrumentos desde los seis años”, dice West. “Yo tocaba en una orquesta aquí en la ciudad, me especialicé en música en la universidad y toqué en una banda del Ejército”.

El interés musical de Jernigan es variado. “Fui entrenado en el piano y la guitarra. Y luego aprendí el saxo alto, clarinete y flauta mientras trabajaba aquí”.

Además de arreglar instrumentos, los dos también van a las escuelas para instruir a los profesores y estudiantes sobre cómo hacer reparaciones menores a sus instrumentos, para que no entren en pánico si algo ocurre antes de una actuación.

West cree que si los niños empiezan temprano y se involucran con la música, esto tiene un impacto en otras áreas de su vida.

“Lo veo en otros niños, lo ven en mí mismo. Lo he visto cientos de veces y funciona”, dice. “Aprenden a trabajar en equipo. Aprenden a trabajar solos. Aprenden la camaradería, a tener paciencia y a respetar”.

Pero West tiene preocupaciones sobre el futuro de la música en la era electrónica.

“Esta era electrónica, esta era instantánea ha quitado la paciencia. No hay paciencia. Y para aprender a tocar un instrumento se necesita paciencia, diligencia y tiempo”.

Para Jernigan y West, la mejor recompensa es ver luego a los estudiantes tocar los instrumentos en sus conciertos. Y saben que parte del éxito de los jóvenes se debe a ellos.

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