Los mariscales de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra y los Halcones Marinos de Seattle, Tom Brady y Russell Wilson respectivamente, se llevan 11 años y dos títulos de la NFL de diferencia, pero para cuando comience el Súper Tazón del domingo, nada de esto tendrá relevancia.
Brady comenzó a ganar súper tazones en 2002, cuando Wilson tenía 14 años y veía los partidos por televisión.
“Por supuesto que recuerdo haber visto a Brady”, dijo Wilson el martes. “Ganó unos juegos increíbles, increíbles remontadas, increíbles lanzamientos, increíbles jugadas. Ojalá que no haga demasiadas cosas increíbles este año”.
Wilson tiene el chance de convertirse en el octavo quarterback de la historia en ganar Súper Tazones consecutivos, y el primero en hacerlo desde que Brady ganó hace 10 años. El año pasado Wilson llevó a los Seahawks a su primer título en toda su historia.
Brady, en cambio, ganó en 2002, 2004 y 2005. Por cierto que perdió los dos últimos contra los Gigantes de Nueva York en 2008 y otra vez en 2012.
Solo Joe Montana con los 49rs de San Francisco y Terry Bradshaw con los Acereros de Pittsburg lograron cuatro campeonatos, pero Brady podría igualarlos si gana el domingo.
“Quiero ser considerado como un ganador”, dice Wilson. “Esa es la meta final en términos de jugar de quarterback. Ganar, ganar, ganar”.
El único problema es que igual piensa Brady, para quien una derrota empañaría su récord y lo pondría en tres ganados y tres perdidos.
“Sería grandioso para este equipo tratar de dejar un gran legado”, dice Brady sobre los Patriotas. Y él sabe muy bien que los éxitos en un Super Tazón son lo que definen la carrera de un quarterback: Ganador o perdedor. Eso es lo que está en juego el domingo.