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Las niñas son el motor de cambio


En África, a muy temprana edad los niños empiezan a trabajar recogiendo los frutos de la cocoa.
En África, a muy temprana edad los niños empiezan a trabajar recogiendo los frutos de la cocoa.

En Asia, África y el Medio Oriente, el Banco Mundial está educando niñas para que puedan ingresar en el mercado laboral.

“Mi nombre es Sanchita y vengo de un pequeño pueblo llamado Ishwarpur en Bangladesh. En mi pueblo cuando un bebé viene en camino, las familias esperan desesperadamente que sea un niño. Esto ha sido así desde que tenemos memoria. Se cree que los niños ayudarán a producir dinero en un lugar donde casi toda la gente es pobre”, lee apasionadamente la actriz estadounidense, Anne Hathaway.

Situaciones como la de Sanchita son familiares para las niñas que hacen parte de la Iniciativa de Niñas Adolescentes del Banco Mundial. Como ella, muchas están estudiando y entrenándose en diferentes aéreas para poder ingresar en el mercado laboral.

En países en desarrollo, se estima que un tercio de las mujeres jóvenes están desempleadas y no asisten a la escuela.

El presidente del Banco Mundial Robert Zoellick dice que la poca inversión en las niñas impide el desarrollo. Añade que educar a las niñas tiene sentido para las familias pobres, señalando que un año extra de educación secundaria para las niñas puede elevar sus salarios entre un 10 y 20 por ciento.

“Si ellas ganan un mejor salario tienen mayor acceso a la salud reproductiva, información y servicios, y así se aumenta la probabilidad de demorar el matrimonio y los embarazos, de tener bebés saludables, y de conseguir promedios más elevados de lectura y escritura. La evidencia indica claramente que invertir en niñas adolescentes es clave para romper con los círculos de pobreza generacionales”, declaró Zoellick.

Sarah Poni, originaria de Sudán, está disfrutando de su primera visita a Estados Unidos y todos los talleres y actividades del programa.

“Yo he aprendido a expresarme por mí misma. A establecer contacto visual. Hablar alto. Cuando vuelva a casa, no voy a ser la misma Sarah. Ahora soy una nueva persona”, dijo la jovencita de 19 años.

La Iniciativa para Niñas Adolescentes es una colaboración de la industria pública y privada, con un fondo de $20 millones de dólares, que actualmente está trabajando en siete países y piensa extenderse a Haití y Yemen.

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