Enlaces para accesibilidad

Musulmanes navegan entre restricciones durante el segundo Ramadán pandémico


Palestinos en Gaza se preparan para el sagrado ayuno de Ramadán.
Palestinos en Gaza se preparan para el sagrado ayuno de Ramadán.

Por segundo año consecutivo, las celebraciones de Ramadán se verán afectadas por las restricciones de la pandemia. Los rituales religiosos siempre se realizarán, pero no habrá la multitudinaria pereginación a La Meca o Hach.

Para el Ramadán de este año, Magdy Hafez ha estado anhelando recuperar un ritual preciado: realizar las oraciones grupales nocturnas llamadas taraweeh en la mezquita una vez más.

El año pasado, el coronavirus trastocó la rutina del egipcio de 68 años de ir a la mezquita a realizar esas oraciones, tradicionales durante el mes más sagrado del Islam. La pandemia había interrumpido el culto islámico en todo el mundo, incluso en Egipto, donde las mezquitas estaban cerradas a los fieles el Ramadán del año pasado.

"He estado yendo a la mezquita durante 40 años, así que definitivamente fue algo muy, muy, difícil", dijo. "Pero nuestra religión nos ordena protegernos unos a otros".

Aún así, "es un sentimiento completamente diferente, y la espiritualidad en Ramadán no se parece a ninguna otra cosa".

Desde entonces, Egipto ha permitido que la mayoría de las mezquitas vuelvan a abrir para las oraciones comunales del viernes y para este Ramadán les permitirá celebrar taraweeh, aunque también con precauciones, incluido la reducción de su duración.

El Ramadán, que comienza esta semana, llega cuando gran parte del mundo se ha visto afectado por una intensa nueva ola de coronavirus. Para muchos musulmanes que navegan las restricciones, eso significa que las esperanzas de un Ramadán mejor que el año pasado se han visto frustradas con el aumento en las tasas de infección, aunque las regulaciones varían en los diferentes países.

Un tiempo para el ayuno, la adoración y la caridad, el Ramadán también es cuando las personas se congregan típicamente para orar, se reúnen alrededor de las comidas festivas para romper el ayuno de todo el día, se agolpan en cafés e intercambian visitas.

Una vez más, algunos países están imponiendo nuevas restricciones. Pero existe una gran preocupación de que los rituales comunales del mes puedan avivar un aumento adicional.

"La falta de adherencia que ocurrió el pasado Ramadán, el levantamiento apresurado del toque de queda impuesto en ese momento y la reapertura de los lugares de las congregaciones... llevaron a graves consecuencias que duraron meses", dijo Ahmed Al-Mandhari, director regional para el Mediterráneo Oriental de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Tenemos muchas preocupaciones de que se repita lo que sucedió tras el último Ramadán, especialmente porque el Ramadán coincide con otra festividad importante, que es la Pascua", dijo Al-Mandhari por correo electrónico. Los cristianos celebran la Pascua el 2 de mayo.

En Pakistán, el número de casos nuevos creció de menos de 800 por día a principios de mes del año pasado a más de 6.000 por día unas pocas semanas después de que terminó el Ramadán. Los funcionarios atribuyeron en gran medida el aumento a los paquistaníes que desobedecieron las restricciones. Después de un período de reducción, el país ha vuelto a tener más de 5.000 casos nuevos por día.

Irán comenzó el sábado un bloqueo de 10 días en medio de un aumento severo de infecciones que siguió a un feriado público de dos semanas para Nowruz, el Año Nuevo persa.

Las dificultades económicas también se ciernen sobre el mes para muchos. En Siria, devastada por la guerra, a Abed al-Yassin le preocupaba cómo sería su iftar, la comida al atardecer que rompe el ayuno, este año.

"Será difícil incluso comer fattoush", dijo al-Yassin, refiriéndose a una ensalada que es un alimento básico del mes sagrado en su país.

Está pasando su segundo Ramadán en un asentamiento de tiendas de campaña cerca de la frontera turca después de que el año pasado fuera expulsado de su ciudad natal durante una ofensiva del gobierno respaldada por Rusia que desplazó a cientos de miles.

"Nuestro principal deseo es regresar a nuestros hogares", dijo al-Yassin, quien vive con su esposa, tres hijos y una hija en una tienda de campaña. Depende principalmente de la ayuda alimentaria, dijo. Los residentes del campamento han recibido recientemente bolsas de lentejas, pasta y reciben pan a diario.

El Líbano está sufriendo la peor crisis económica y financiera de su historia moderna, agravada por la pandemia y una explosión mortal masiva en Beirut en agosto.

"Estamos pasando por un período en el que algunas personas están ayunando, ya sea durante el Ramadán o no", dijo Natalie Najm, una corredora de seguros. Incluso con su trabajo, apenas puede cubrir los costos de los alimentos, dijo. "¿Qué pasa con otros que perdieron sus trabajos?"

Para evitar grandes reuniones en Ramadán, Arabia Saudita ha prohibido que las mezquitas sirvan iftar y suhur, una comida justo antes del comienzo del ayuno al amanecer.

Muchos líderes religiosos musulmanes, incluso en Arabia Saudita, han tratado de disipar las preocupaciones sobre recibir la vacuna contra el coronavirus en Ramadán, diciendo que hacerlo no constituye romper el ayuno.

Con las nuevas infecciones que superan los picos anteriores en la India, los eruditos musulmanes han hecho un llamamiento a sus comunidades para que sigan estrictamente las restricciones y se abstengan de grandes reuniones, mientras piden a los voluntarios y ancianos que atiendan a los necesitados.

El Ramadán del año pasado en India se vio empañado por el aumento de la islamofobia tras las acusaciones de que un aumento inicial de infecciones estaba vinculado a una reunión de tres días de un grupo misionero islámico, el Tablighi Jamaat, en Nueva Delhi.

En Pakistán, las autoridades están permitiendo que las mezquitas permanezcan abiertas durante el Ramadán con reglas que incluyen prohibir a los fieles mayores de 50 años y exigir máscaras.

Pero dado que las reglas fueron ampliamente ignoradas el año pasado allí, los médicos han estado pidiendo al gobierno que cierre las mezquitas.

"Estamos muy preocupados por las reuniones", dijo el domingo el doctor Qaiser Sajjad, secretario general de la Asociación Médica de Pakistán. Instó al gobierno y a los clérigos de Pakistán a elaborar un plan mejor durante el Ramadán para detener la propagación del virus.

"Debemos aprender del año anterior", dijo. Sajjad está pidiendo un cierre completo de la ciudad oriental de Lahore.

Afganistán está dejando que los fieles se cuiden unos a otros, mantengan la distancia y se mantengan alejados de las mezquitas si se sienten enfermos.

"Salvar una vida humana es una obligación ... no se puede poner la vida de un ser humano en peligro", dijo Sayed Mohammad Sherzadi, jefe del departamento de Hach y asuntos religiosos de la provincia de Kabul.

Malasia tiene algunas restricciones de movimiento vigentes y ha declarado una emergencia por coronavirus que suspendió al Parlamento hasta agosto luego de los picos de infecciones. Pero ha levantado la prohibición del año pasado sobre las oraciones taraweeh y los bazares de Ramadán, que venden comida, bebida y ropa, aunque se tomarán medidas estrictas.

De vuelta en Egipto, Nouh Elesawy, subsecretario de asuntos de mezquitas en el Ministerio de Dotaciones del país, envió un mensaje a los fieles antes del comienzo del mes: "Si desea que las casas de Dios permanezcan abiertas, adhiérase a los procedimientos de precaución y regulaciones ".

El Ramadán también suele tener un sabor cultural y social distinto para muchos.

En Egipto, vallas publicitarias gigantes con rostros de celebridades anuncian series de televisión de Ramadán, un pasatiempo favorito de muchos. En los bulliciosos mercados alrededor de la mezquita Al-Sayeda Zainab de El Cairo, los compradores recorrieron los puestos llenos de linternas decorativas de Ramadán en colores vibrantes, inspeccionaron las ofertas y negociaron un trato.

En otro barrio de El Cairo, la gente posó con una linterna gigante de Ramadán que se elevaba sobre una calle y tomó fotos.

Una tradición de Ramadán en Egipto que sigue siendo una víctima del virus por segundo año son las "Mesas de los Compasivos", iftars de caridad comunitaria donde los extraños partían el pan juntos en comidas gratuitas servidas en largas mesas en la calle.

Puede que las mesas hayan desaparecido, pero no el espíritu de generosidad del mes.

Neveen Hussein, de 48 años, dijo que sus colegas le llevaron "bolsas de Ramadán" llenas de arroz, aceite, azúcar y otros alimentos básicos para distribuir entre las familias necesitadas. Es una tradición anual, dijo, que se ha vuelto más urgente debido a una pandemia que ha dañado los medios de vida de muchos de los que ya luchan.

"Este es un mes de misericordia", dijo. "Dios es generoso, y este es un mes de generosidad".

XS
SM
MD
LG