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Reino Unido acusa a Rusia de orquestar desinformación sobre su vacuna


Un trabajador médico ruso administra una vacuna experimental Sputnik V en Moscú en septiembre.
Un trabajador médico ruso administra una vacuna experimental Sputnik V en Moscú en septiembre.

El secretario de Asuntos Externos británico, Dominic Raab, acusó el viernes a Rusia de montar una campaña mundial de desinformación encaminada a erosionar la confianza del público en las vacunas occidentales contra el coronavirus, calificando el acto como “reprensible” en un momento cuando los países deberían trabajar unidos para contrarrestar una pandemia que ha matado a más de un millón de personas.

"Cualquiera que esté tratando de básicamente sabotear los esfuerzos de aquellos tratando de desarrollar una vacuna es profundamente reprensible, y es bastante inaceptable e injustificado en cualquier circunstancia”, le dijo Raab al medio británico, Sky News.

Analistas occidentales de desinformación dicen que la campaña, que pareciera estarse enfocando principalmente en países que tienen altas cifras de casos de coronavirus, incluyendo Brasil, India e Indonesia, parece parcialmente dirigida a construir un mercado para su propia vacuna rusa, Sputnik V, que virólogos occidentales temen está siendo apresurada sin las pruebas adecuadas.

Investigadores en el EUvsDisinfo, parte de la Fuerza de Tarea East StratCom, establecida en el 2015 por la Unión Europea para combatir la desinformación rusa, dicen que la campaña etiqueta las vacunas en desarrollo por farmacéuticas occidentales como “experimentales” y las acusa de basarse en “tecnologías no comprobadas y poco estudiadas”.

"Esta narrativa es parte de la desinformación del Kremlin sobre el coronavirus que busca promoverla vacuna Sputnik V y presentar a Rusia como el “líder del manejo del COVID-19”, dice un reporte de la fuerza de tarea dela Unión Europea, el cual dice que las noticias falsas, la manipulación en redes sociales y la diseminación de teorías de conspiración, son elementos claves de la campaña.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, le dijo a los periodistas el viernes en Moscú que las ventajas de la vacuna Sputnik V “están siendo reconocidas en muchos países”. Peskov descartó los alegatos de que Moscú ha lanzado una campaña de desinformación sobre las vacunas occidentales.

"Comentar sobre acusaciones contra Rusia se ha vuelto un circo en este momento”, dijo Peskov a los periodistas. “Las acusaciones no tienen sentido, comentar sobre ellas no tiene tampoco ningún sentido”.

"Rusia no le está dando a nadie información falsa”, agregó.

Pero según una reciente investigación publicada por The Times, de Londres, una vacuna en Desarrollo en la Universidad de Oxford en Sociedad con la farmacéutica AstraZeneca ha aparentemente sido identificada especialmente para la difamación en la ofensiva de desinformación que se origina en Rusia.

"Fotos, memes y vídeos presentado la vacuna británica como peligrosa han sido diseñados en Rusia e intermediarios están ahora buscando como “plantar” las imágenes en redes sociales alrededor del mundo”, reportó The Times.

"El crudo tema de las distorsionadas imágenes es que la vacuna, de la cual se fabricarán millones de dosis por el gigante farmacéutico, podría convertir a las personas en monos porque usa un virus de chimpancé como vector”, agregó. “La campaña está siendo dirigida a países donde Rusia quiere vender su propia vacuna Sputnik V, así como a naciones occidentales”.

Un denunciante involucrado en la campaña le dijo al diario británico que un objetivo clave de la ofensiva mediática era colocar las imágenes en sitios occidentales y en países como India y Brasil, donde Rusia está tratando de mercadear su propia vacuna. Influenciadores en línea occidentales están siendo pagados para incluir la desinformación en sus plataformas de redes sociales, explicó.

Medios rusos controlados por el gobierno, usan luego las imágenes para vender la idea de un creciente escepticismo en occidente sobre las vacunas. El denunciante dio un paso al frente porque estaba preocupado que la campaña podría afectar los esfuerzos para suprimir el virus.

El mes pasado, Vesti News, un programa estelar de temas de actualidad que es transmitido por la televisión estatal rusa, incluyó imágenes presentando la vacuna de Oxford como una “vacuna de monos”. La vacuna de Oxford está siendo probada en monos y usa un virus de chimpancé como un vector.

Ken McCallum, jefe de la agencia de espionaje británica MI5, le dijo recientemente a los periodistas que su agencia está tratando de bloquear esfuerzos para robar o sabotear información sobre las vacunas.

"Claramente, el premio mundial por tener la primera vacuna usable contra el mortal virus, es uno grande”, dijo durante una rueda de prensa el miércoles en Londres.

"Me imagino hay dos temas sobre los que estamos vigilantes: intentos de robar propiedad intelectual única que ha sido generada en esa investigación o potencialmente para adulterar esa información”, agregó el jefe de la agencia espía. "Y luego el Segundo riesgo sobre el que tenemos que estar alertas es la posibilidad que la investigación aún sea de alta integridad, pero que alguien intente sembrar dudas sobre su integridad”.

El mes pasado, el general Nick Carter, jefe del Gabinete de Defensa británico, acusó a Rusia de estar involucrada en una campaña de guerra política por la vacuna y de estar buscando promover teorías de conspiración contra las vacunas.

Algunos analistas de inteligencia occidentales dicen que la actual desinformación rusa les recuerda a la operación de la KGB en la década de 1980, que buscó sembrar dudas sobre el origen del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Llamada la Operación INFEKTION por un historiador occidental, la campaña buscó plantar la idea de que los militares estadounidenses habían inventado el SIDA en el laboratorio para armas biológicas en Fort Detrick, Maryland. La historia inicial fue publicada en un periódico comunista en India, pero la KGB buscó que la historia fuera publicada en otros medios. Después de la Guerra Fría, el jefe del Servicio de Inteligencia Extranjera de Rusia, Yevgeny Primakov, admitió que la KGB estuvo detrás de las aseveraciones de que el SIDA fue creado por los militares estadounidenses.

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