Después de meses de apasionado debate, la ciudad de Nueva Orleans votó a favor de quitar todos los monumentos confederados que se encuentran en las calles más concurridas, con el propósito de enviar un mensaje inclusivo que erradique los sentimientos de odio racial.
Entre los monumentos que serán removidos se incluye una estatua del general Robert E. Lee que ha permanecido en el centro de una rotonda por 131 años.
La decisión de quitar los monumentos dedicados a quienes se opusieron a la erradicación de la esclavitud, es en respuesta al movimiento contra los símbolos de la Confederación.
Este movimiento creció en todo el país a raíz de la matanza protagonizada por un supremacista blanco, que asesinó a tiros a nueve feligreses en el interior de la iglesia afroestadounidense Emanuel AME en Charleston, Carolina del Sur, el pasado mes de junio.
El alcalde de la ciudad Mitch Landrieu, dijo que los monumentos refuerzan la ideología confederada de la esclavitud, limita el progreso de la ciudad y la divide. Utilizó la famosa cita del presidente Abraham Lincoln: "Una casa dividida contra sí misma no puede mantenerse en pie".
Por su parte, los que se oponen, no descartan la posibilidad de demandar a la ciudad para mantener los monumentos confederados en su lugar.