El presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, sorpresivamente llegaron hasta el cementerio de Arlington, cerca de Washington, para participar en la ceremonia fúnebre de Frank Buckles, el último soldado estadounidense que luchó en la Primera Guerra Mundial.
Obama y Biden acompañaron a la familia de Buckles y cientos de dolientes entre los que se encontraban veteranos de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo algunos que viajaron desde otros estados.
Frank Buckles, originario del estado de West Virginia, falleció de causas naturales a los 110 años.
Antes de la llegada del presidente Obama, miles de personas desfilaron frente al ataúd de Buckles cubierto con una bandera de Estados Unidos, en la Capilla del Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia, donde están sepultados algunos de los más famosos héroes militares y presidentes de la nación.
Buckles fue enterrado con plenos honores militares. El fallecido veterano de guerra se unió al ejército a los 16 años y para lograrlo tuvo que engañar a los reclutadores sobre su edad. También estuvo en la Segunda Guerra Mundial como chofer de ambulancia en Francia e incluso ayudó a llevar a Alemania prisioneros de guerra rescatados después del Día del Armisticio.