Desde Cartagena de Indias, última escala del viaje del Papa Francisco en Colombia, el Sumo Pontífice rezó por los venezolanos, en medio de la tradicional oración del Ángelus, que todos los domingos encabeza Francisco desde la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Dedicando su oración, "especialmente por los venezolanos" el papa argentino clamó por una solución pacífica a la crisis de su país, al mismo tiempo que oró por los colombianos que reciben a aquellos que huyen y buscan refugio. Con especial énfasis, Francisco también elevó plegarias por "aquellos más pobres" en medio de la grave crisis venezolana.
En la misma oración, el Sumo Pontífice pidió a quienes acompañaron el Ángelus, como un gesto de verdadera reconciliación, pedir bendiciones y rezar por "aquellos que nos quieren, y también por quienes no nos quieren".
Un susto sin mayores consecuencias
A ritmo de cumbia, champeta, vallenato, a todo pulmón gritaban cientos de jóvenes en el aeropuerto de Cartagena, dando la bienvenida el Sumo Pontífice al inicio del última parada de su visita a Colombia.
Coherente con su mensaje y con su estandarte de pontificado: dar vida al Evangelio y salir de los muros de las iglesias, el papa Francisco llegó, como primera escala de su estadía en ¨la heroica¨, a uno de los sectores más deprimidos de Cartagena.
Ni un percance que sufrió el papa argentino cuando se desplazaba en el papamóvil por las calles de "la heroica", lo alejó de su misión. Aunque la sangre que tiñó parte de su atuendo alcanzó a desatar la preocupación de sus acompañantes, el Sumo Pontífice no dio ninguna muestra de querer interrumpir el programa de visitas y actos litúrgicos durante su estadía en Colombia.
"Thalita Kum" o a tí te digo niña, levántate.
Este nombre en Arameo, inspiró la misión de la Arquidiócesis de Cartagena, a la que llegó el papa Francisco para llevar su mensaje de esperanza. Antes de dirigirse a la hermosa ciudad amurallada, con todo su legado histórico, el Sumo Pontífice prefirió ir al deprimido sector de la comunidad San Francisco de Asís, para abrazar a los 95 menores que reciben ayuda del programa, y a todos aquellos que sobreviven , no sólo en medio de la pobreza extrema, sino bajo condiciones de vulnerabilidad y de violencia intrafamiliar y sexual.
La presencia del papa Francisco en esta zona marginada de la ciudad, cerca de la Ciénaga de la Virgen, también generó un espacio de encuentro con un grupo de indigentes, beneficiarios del programa "María revive", que brinda a 150 personas catalogadas como "sin techo" y en "situación de calle", condiciones de vida digna. Esos dos ejemplos concretos de dignificación de la persona humana, hicieron parte esencial del mensaje que el representante de la Iglesia católica, llevó al pueblo cartagenero y dejó a Colombia.
De Roma a Cartagena
El tradicional Ángelus, que el papa Francisco reza ante miles de turistas de todo el mundo cada domingo en la Plaza de San Pedro, tuvo lugar este 10 de septiembre en la plaza del santo colombiano, cuya fiesta, fue celebrada ayer sábado y recordada por el Pontífice durante la misa celebrada a campo abierto en Medellín: San Pedro Claver.
Hasta el santuario del "siempre santo de los negros", llegó el papa para recordarle a Colombia, que en esa tierra, hubo un hombre que entregó su vida para proteger a los más marginados de la sociedad del momento, entre 1560 y 1654, y que luchó contra una de las mayores atrocidades en la historia de la humanidad, la esclavitud.
"Todavía hoy en Colombia y en el mundo, hay personas vendidas como esclavos". Por eso, rezó el papa en medio del Ángelus, para que nos haga descubrir en cada uno de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, el rostro de Dios".
En lo que quedó de su tiempo en Colombia Francisco celebró la última misa masiva en el territorio nacional. Sellando, una visita que marcó millones de corazones, aún entre los no creyentes, entre quienes apenas por un instante, en una de sus correrías en el papamóvil sin protección, como él mismo lo pidió, sintieron la bendición de su presencia en el momento histórico de transformación que vive la Colombia del post-conflicto.
Hacia las 7 de la noche, el papa le dirá ¨hasta luego¨ a la tierra a la que prometió venir, si conseguía firmar el acuerdo de paz con las FARC. Y aunque aún hay un camino largo que recorrer para consolidarla, el Sumo Pontífice regresa a Roma con la esperanza de que sus palabras y acciones, transformen el corazón de todos los colombianos que aún no se han perdonado a ellos mismos o a los demás.