La mayoría de los residentes de Nueva York probablemente recuerdan el 11 de septiembre del 2001 como un día que empezó soleado y tranquilo. Pero a partir de las 8:46 de la mañana, esa imagen se desmoronó en el momento en que un avión se estrelló contra el Centro Mundial de Negocios.
“Vimos el enorme hueco”, recuerda Angela Jackson, quien vio la torre desde su oficina. “Vimos gente brincando. Todos estaban desesperados. Mis familiares me llamaban”.
Minutos después, la segunda torre fue golpeada. En las calles reinaba el caos. Unas horas más tarde, más noticias espeluznantes: una de las torres se derrumbaba, después la otra. Estas imágenes aún están marcadas en la memoria de millones.
“Sonaba como que un helicóptero estaba afuera. Vi como una nube negra que venía hacia mi ventana”, dijo Kathleen Cross, quien estaba en su departamento en la ciudad Battery Park. “Todo estaba cubierto de blanco, todas las plantas verdes lucían blancas, sólo había polvo blanco”.
En menos de una semana, la Bolsa de Valores de Nueva York ya estaba abierta de nuevo. Otros negocios lo hicieron poco después. Sin embargo, algunos empleados decían, aún meses después, que el aire olía tóxico.
“Se sentía cómo si mis cinco sentidos estaban bajo ataque” dijo Kaesun John. “Uno podía probar, oler, en realidad to car. Era increíble”.
John ahora sufre de asma.
“De verdad sentí que el estar en ese ambiente causó que yo tenga los problemas de salud que padezco ahora”, dijo.
Ése es el problema principal que las autoridades enfrentan hoy. ¿Cuántas personas se enfermaron por los gases tóxicos que ocupaban el ambiente debido al derrumbe de los edificios en la llamada zona cero?
Claire Calladine dirige 9/11 Heatlh Now, grupo que dice que decenas de miles de personas fueron afectadas de esa forma.
“Los tóxicos que se encontraban en el Centro Mundial de Negocios eran muy potentes”, dijo Calladine. “Afectaron al organismo entero. Afectaron al sistema nervioso central… afectaron toda área del organismo”.
Muchos llegaron al área para vivir ahí porque escucharon que los precios de las casas eran buenos.
Alison Kasillo se mudó a Battey Park siete meses después del ataque aunque ella había oído del aire tóxico.
“Obtuve un buen precio en mi departamento”, dijo.
Un año después fue diagnosticada con una enfermedad pulmonar que le hace difícil el respirar.
No hay pruebas de que el aire tóxico causó su condición médica, ni el asma de Kaesun John. Pero no hay duda de que la tragedia del 9/11 traumatizó a la ciudad.
La Zona Cero está en proceso de reconstrucción. Este viernes, de cualquier modo, es un día para conmemorar a aquellos que murieron ahí.