Con un menor crecimiento de la población blanca de EE.UU. y una fuerza laboral que envejece, Estados Unidos parece necesitar una reforma migratoria que revitalice su economía.
“La reforma ayudaría a los negocios a contratar legalmente a los empleados que necesitan, proveería un camino a ganarse la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, y ayudaría a los negocios americanos a atraer a los mejores trabajadores”, explicó Alan Krueger, presidente del Consejo de Asesores Económicos.
Según su análisis, sacar a los indocumentados de las sombras y proveerles un camino a la ciudadanía les permitirá obtener empleos de mejor nivel, avanzar en sus carreras, y contribuir plenamente en el sistema financiero, sin el temor de la deportación, un aspecto clave para fortalecer la economía de EE.UU.
“Incorporar a las personas que se encuentran ilegales lo que hace es que los vuelve ciudadanos participantes en la economía plenamente. Pagan impuestos, hacen contribuciones necesarias, miran las cosas ya no a corto plazo sino pensarán en quedarse acá y organizarán su vida de otra manera. Echarán raíces. Porque actualmente por miedo a la deportación, un ilegal no piensa en comprar casa, por ejemplo”, dijo a la Voz de América Isaac Cohen, economista y ex director de la CEPAL.
Según explica Cohen, los “nuevos trabajadores” no son una amenaza para quienes ya tiene empleo sino todo lo contrario. “Al ser legales tendrán derecho a un salario mínimo y a todas las prestaciones que un ilegal generalmente no obtiene”. De esa forma no abaratan los puestos de trabajo y los empleadores, sin la posibilidad de buscar ilegales para realizar trabajos con bajos sueldos y sin beneficios, se verían obligados a mejorar las condiciones de todos sus empleados.
El analista también asegura que la reforma migratoria significa también más empresarios y más empleos. Más negocios empleando a más trabajadores. Y más clientes para esos negocios.
“La reforma ayudaría a los negocios a contratar legalmente a los empleados que necesitan, proveería un camino a ganarse la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, y ayudaría a los negocios americanos a atraer a los mejores trabajadores”, explicó Alan Krueger, presidente del Consejo de Asesores Económicos.
Según su análisis, sacar a los indocumentados de las sombras y proveerles un camino a la ciudadanía les permitirá obtener empleos de mejor nivel, avanzar en sus carreras, y contribuir plenamente en el sistema financiero, sin el temor de la deportación, un aspecto clave para fortalecer la economía de EE.UU.
“Incorporar a las personas que se encuentran ilegales lo que hace es que los vuelve ciudadanos participantes en la economía plenamente. Pagan impuestos, hacen contribuciones necesarias, miran las cosas ya no a corto plazo sino pensarán en quedarse acá y organizarán su vida de otra manera. Echarán raíces. Porque actualmente por miedo a la deportación, un ilegal no piensa en comprar casa, por ejemplo”, dijo a la Voz de América Isaac Cohen, economista y ex director de la CEPAL.
Según explica Cohen, los “nuevos trabajadores” no son una amenaza para quienes ya tiene empleo sino todo lo contrario. “Al ser legales tendrán derecho a un salario mínimo y a todas las prestaciones que un ilegal generalmente no obtiene”. De esa forma no abaratan los puestos de trabajo y los empleadores, sin la posibilidad de buscar ilegales para realizar trabajos con bajos sueldos y sin beneficios, se verían obligados a mejorar las condiciones de todos sus empleados.
El analista también asegura que la reforma migratoria significa también más empresarios y más empleos. Más negocios empleando a más trabajadores. Y más clientes para esos negocios.