Texas ejecutará este martes al tercer prisionero en lo que va del año.
Gustavo García de 43 años recibirá la inyección letal por asesinar a un cajero durante un asalto ocurrido en Plano en 1990.
El incidente, que llevó a la captura de García, fue también un robo en el que también falleció la persona que atendía una tienda en los suburbios de Dallas.
García junto a un menor de edad ingresaron a una tienda a robar mientras el empleado del lugar hablaba por teléfono con su novia a quien advirtió de lo que estaba ocurriendo.
Al llegar la policía, encontraron a García escondido y al menor parado sobre el cuerpo ya sin vida de Gregory Martin, el empleado de la tienda.
Posteriormente, las investigaciones revelaron que el arma que se encontró junto a García era la misma que se empleó un mes antes en otro asalto en el que también mataron al cajero, Craig Turski.
A García se le acusó de asesinato y fue hallado culpable de la muerte de Turski por lo que espera en el corredor de la muerte.
Un juez federal dijo que no detendrá la ejecución y la Junta de Perdón y Libertad Condicional de Texas le negó una petición de clemencia. No se espera otra apelación, dijo Seth Kretzer, uno de los abogados de Garcia.