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¿Por qué la obesidad podría agravar los síntomas del coronavirus?


El paramédico Jorge Lino, de 52 años, asiste a una mujer con síntomas de COVID-19, en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, México, el 15 de junio de 2020.
El paramédico Jorge Lino, de 52 años, asiste a una mujer con síntomas de COVID-19, en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, México, el 15 de junio de 2020.

La preocupación por el sobrepeso surgió desde el inicio de la pandemia de COVID-19, cuando los doctores notaron que muchos de los que se enfermaban y pasaban a estado de mayor gravedad eran personas obesas.

Mientras las largas cuarentenas para poner freno al nuevo coronavirus podrían estar incrementando la obesidad, expertos siguen analizando en qué medida tener sobrepeso influye en el impacto del virus en las personas infectadas.

Ya para finales de agosto, el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS, Marcos Espinal, advertía: "No debemos descartar la posibilidad de que se disparen las tasas de obesidad por los consumos de comida chatarra, de bebidas no recomendables".

Pero la preocupación surgió desde el inicio de la pandemia de COVID-19, cuando los doctores notaron que muchos de los que se enfermaban y pasaban a estado de mayor gravedad eran obesos.

Las cuarentenas y el teletrabajo, clave para mantener a raya el coronavirus, ha hecho que algunos buscan rutinas de ejercicios para evitar el sobrepeso.
Las cuarentenas y el teletrabajo, clave para mantener a raya el coronavirus, ha hecho que algunos buscan rutinas de ejercicios para evitar el sobrepeso.

Meses después, con el mundo remecido por el mal que ha dejado más de 27,19 millones de personas infectadas y unos 888.000 muertos, los investigdores siguen buscando la relación entre el sobrepeso y el grado en que las personas son más o menos vulnerables al COVID-19.

De antemano se conoce que el sobrepeso incrementa además las probabilidades de desarrollar varios problemas de salud, incluyendo padecimientos cardíacos y respiratorios. Ambos están entre las condiciones que presentan los pacientes señalados como más vulnerables al nuevo coronavirus.

Evidencias

La agencia AP informó, citando expertos, que existe evidencia de que la obesidad en sí puede aumentar las probabilidades de complicaciones severas de la infección con coronavirus. El medio aludió a un estudio de más de 5.200 pacientes infectados, incluyendo a 35% que eran obesos, que encontró que las probabilidades de hospitalización subieron para personas con un índice de masa corporal (IMC) elevado, incluso cuando se tenían en cuenta otros problemas que pudieran ponerles en riesgo.

Los científicos siguen estudiando los factores que pudieran estar influyendo, entre ellos la manera en que la obesidad impacta el sistema inmunológico.

Científicos argumentan que múltiples factores seguramente dificultan que las personas obesas combatan la infección con coronavirus, la cual puede dañar los pulmones.
Científicos argumentan que múltiples factores seguramente dificultan que las personas obesas combatan la infección con coronavirus, la cual puede dañar los pulmones.

En Estados Unidos, -que lidera la lista de los países con más infecciones por COVID-19-, por ejemplo, la tasas de obesidad entre los adultos ha subido durante décadas y es ahora de 42%. La tasa es aún mayor entre las personas de raza negra y los hispanos.

Los científicos sostienen que múltiples factores seguramente dificultan que las personas obesas combatan la infección con coronavirus, la cual puede dañar los pulmones. Tener peso excesivo causa presiones al cuerpo, y ese exceso de grasa corporal pudiera limitar la capacidad de los pulmones de expandirse y respirar.

Otro problema es la inflamación crónica, que a menudo acompaña a la obesidad. La inflamación es una forma natural del cuerpo de combatir por ejemplo a los virus. Pero una inflamación duradera no es saludable y pudiera debilitar las defensas del cuerpo cuando una amenaza real aparece.

“Es como arrojar gasolina al fuego”, dijo el doctor Dariush Mozaffarian, un estudioso de la obesidad y decano de la escuela de nutriología de la Universidad Tufts, cerca de Boston, citado por AP.

La manera como está distribuida la grasa en el cuerpo pudiera tener un papel importante también. Un estudio encontró un riesgo elevado de muerte por COVID-19 en personas con obesidad severa, pero solamente entre los hombres. Eso pudiera reflejar el hecho de que los hombres tienden a tener exceso de lípidos en el área del estómago, dijo la doctora Sara Tartof, coautora del estudio que investiga enfermedades infecciosas para Kaiser Permanent en California.

Explicó Tartof que ese tipo de grasa está más asociado con la producción de una hormona que pudiera contribuir a una enfermedad más severa.

Un hombre recibe comida en una casa en cuarentena debido a la pandemia de COVID-19 en San José, Costa Rica, el 17 de julio de 2020.
Un hombre recibe comida en una casa en cuarentena debido a la pandemia de COVID-19 en San José, Costa Rica, el 17 de julio de 2020.

Los científicos exploran también la posibilidad de que haya algo específico del coronavirus que haga a las personas obesas más susceptibles a enfermarse severamente.

Por ejemplo, el virus infecta las células al acoplarse a los receptores en la superficie de algunas células. Ese receptor es abundante en las células adiposas y los científicos estudian si eso las hace “un buen nido para el virus”, dijo el doctor Francois Pattou, de la Universidad de Lille, en Francia, que ha trabajado en estudios sobre el nexo entre la obesidad y manifestaciones severas de COVID-19.

También pueden surgir complicaciones en la atención médica una vez que el paciente es hospitalizado. Para ayudar con la respiración, por ejemplo, los médicos han estado colocando a los pacientes con COVID-19 bocabajo en las camas. Pero eso puede resultar difícil para los pacientes obesos, lo que hace más probable que sean conectados a respiradores artificiales.

Las vacunas y la obesidad

Una preocupación más en medio de varias incógnitas es si una vacuna para el COVID-19 pudiera no ser igualmente efectiva para las personas obesas, como ocurre con las vacunas para la influenza y otras enfermedades.

La razón para ello no es conocida, pero una posibilidad es que la obesidad obstaculiza un aspecto del sistema inmunológico que tiene que ser activada para que funcionen las vacunas, dijo la doctora Nancie MacIver, que estudia cómo el peso afecta el sistema inmunológico en la Universidad Duke, en Durham, Carolina del Norte.

MacIver expuso que cualesquiera que sean los factores en juego, muy probablemente serían aplicables a una vacuna para el COVID-19.

Estados Unidos, Brasil, Perú y México son algunos de los países de las Américas que registran más casos de COVID-19.

[Con información de AP]

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