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Subastan testimonios del Titanic


Hace 88 años Laura Francatelli presenció en primera persona como el Titanic, el barco más importante del momento, se rompía en dos. Un golpe fuerte, los gritos de decenas y decenas de personas pidiendo ayuda, y un bote alejándose en una oscura noche.

El relato de esta mujer que sobrevivió al naufragio del buque quedó sellado en una carta bajo declaración jurada y firmada que fue entregada a la comisión investigadora británica.

La casa de subastas Henry Aldridge & Son tiene prevista la venta de esta declaración junto con otros artículos del Titanic el próximo 16 de octubre (2010).

Laura Francatelli viajaba con sus dos patrones, Sir Cosmo Duff-Gordon y su esposa socialité, Lady Lucy Duff-Gordon. Los tres lograron subirse en un bote en el que sólo viajaban doce personas pese a que su capacidad era de cuarenta.

"Uno ve muchos documentos que hablan brevemente sobre el incidente, pero esta acta abunda en detalles fuertes, habla sobre cómo Lady Duff está mareada todo el tiempo, sobre el bamboleo del bote, sobre los gritos", asegura Andrew Aldridge, miembro de la casa de subastas Henry Aldridge & Son.

Aldridge estima entre 10.000 y 15.000 libras (16.000 y 24.000 dólares) el precio que la carta puede alcanzar en la subasta, si bien otorga parte del valor a la notoriedad de Sir Cosmo y Lady Duff.

"Fueron dos de los sobrevivientes más polémicos", dijo. "Sir Cosmo le dio cinco libras a cada tripulante que estaba en el bote salvavidas, lo que fue malinterpretado" como un pago para que se lo llevaran a una distancia segura lejos del trasatlántico sin regresar a ayudar a quienes se estaban ahogando.

Aunque el portavoz de la casa de subastas cree que también es posible que Sir Cosmo hiciera los pagos simplemente para expresar su gratitud.

Las declaraciones de Francatelli, la secretaria personal de Lady Duff, describen una escena tremendamente dramática de lo que vio desde el bote mientras se alejaba del enorme barco.

"Escuché cómo hablaban sobre la succión que habría si el barco se hundía... Estábamos lejos cuando vimos al Titanic elevarse por la parte trasera y hundirse. Hubo un horrible estruendo cuando desapareció. Luego vinieron los gritos y los llantos. No sé cuánto tiempo duraron. Todos estábamos en la oscuridad".

Francatelli era sólo una joven de 31 años cuando el Titanic impactó contra un iceberg en la madrugada del 14 de abril de 1912. Murió 55 años después de la tragedia.

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