El debate por genocidio contra el exjefe de Estado guatemalteco José Efraín Ríos Montt fue suspendido este viernes al anularse el proceso que se seguía contra él y su antiguo jefe de Inteligencia en otro tribunal
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Ayer, una jueza de primera instancia de Guatemala ordenó anular el juicio que se sigue en su contra y repetir todo lo actuado a como estaba el 23 de noviembre de 2011, fecha en que recusada -separada del cargo- a petición de la defensa de otro militar quien en ese entonces estaba procesado, pero que ahora está enfermo e internado en un hospital.
La jueza dijo que su decisión la hacía en cumplimiento de órdenes recibidas por la Corte de Constitucionalidad y de la Cámara de Amparos de la Corte Suprema de Justicia que no admitieron la recusación y por tanto confirman a la jueza en el caso.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) de la ONU mostró el viernes su inquietud ante la suspensión del proceso.
"Es un golpe contra las numerosas víctimas de las atrocidades cometidas durante la guerra civil en Guatemala, que han estado esperando durante más de 30 años para que se haga justicia", dijo Rupert Colville, portavoz de la OACDH, en una conferencia de prensa.
Colville dijo que muchos valientes abogados, jueces y fiscales habían peleado durante décadas por esta causa.
El ex dictador guatemalteco, de 86 años, tenía que responder por un plan de contrainsurgencia que se llevó a cabo bajo su mandato durante la guerra civil entre 1980 y 1996.
"El juicio le estaba dando a las víctimas la oportunidad para que por primera vez testificasen en la misma sala que oficiales de alto rango, acusados de ordenar el incendio de pueblos, violaciones y ejecuciones a más de 1.770 indígenas Ixil-Maya en 1982 y 1983", dijo Colville.
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Ayer, una jueza de primera instancia de Guatemala ordenó anular el juicio que se sigue en su contra y repetir todo lo actuado a como estaba el 23 de noviembre de 2011, fecha en que recusada -separada del cargo- a petición de la defensa de otro militar quien en ese entonces estaba procesado, pero que ahora está enfermo e internado en un hospital.
La jueza dijo que su decisión la hacía en cumplimiento de órdenes recibidas por la Corte de Constitucionalidad y de la Cámara de Amparos de la Corte Suprema de Justicia que no admitieron la recusación y por tanto confirman a la jueza en el caso.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) de la ONU mostró el viernes su inquietud ante la suspensión del proceso.
"Es un golpe contra las numerosas víctimas de las atrocidades cometidas durante la guerra civil en Guatemala, que han estado esperando durante más de 30 años para que se haga justicia", dijo Rupert Colville, portavoz de la OACDH, en una conferencia de prensa.
Colville dijo que muchos valientes abogados, jueces y fiscales habían peleado durante décadas por esta causa.
El ex dictador guatemalteco, de 86 años, tenía que responder por un plan de contrainsurgencia que se llevó a cabo bajo su mandato durante la guerra civil entre 1980 y 1996.
"El juicio le estaba dando a las víctimas la oportunidad para que por primera vez testificasen en la misma sala que oficiales de alto rango, acusados de ordenar el incendio de pueblos, violaciones y ejecuciones a más de 1.770 indígenas Ixil-Maya en 1982 y 1983", dijo Colville.
