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Tormenta tropical Hilary azota con fuertes lluvias sur de California y México


Una inundación en Palm Springs, California, provocada por las lluvias de la tormenta tropical Hilary el 20 de agosto de 2023.
Una inundación en Palm Springs, California, provocada por las lluvias de la tormenta tropical Hilary el 20 de agosto de 2023.

Hilary es la primera tormenta tropical que azota el sur de California en 84 años y algunas zonas han recibido más precipitación en un día que en un año completo.

La tormenta tropical Hilary descargó aguaceros en el sur de California, desde la costa a las montañas y los desiertos del interior el domingo por la noche, lo que provocó rescates en ríos crecidos y obligó a uno de los distritos escolares más grandes del país a cancelar las clases de este lunes.

Millones de personas se preparaban para más inundaciones y aludes de lodo, mientras la tormenta empezaba a debilitarse.

Hilary, la primera tormenta tropical en azotar el sur de California en 84 años, llevó una lluvia cada vez más fuerte a la región, donde algunas zonas de montañas y desiertos recibieron más de la mitad de la lluvia media del año en apenas un día.

En la ciudad desértica de Palm Springs habían caído casi 5 centímetros de agua para el domingo por la noche.

Los meteorólogos advirtieron de peligrosas inundaciones repentinas en los condados Los Ángeles y Ventura, y unidades de bomberos rescataron a 13 personas de aguas que llegaban a la rodilla en un campamento de personas sin hogar junto al desbordado río San Diego.

Entre tanto, la lluvia y los restos arrastrados por el agua cubrieron algunas carreteras y la gente dejó sus autos varados en el agua estancada. Equipos de trabajo emplearon bombas para sacar el agua de una sala de urgencias en el Centro Médico Eisenhower, en Rancho Mirage.

La tormenta se abatió sobre California tras tocar tierra el domingo en la árida península mexicana de Baja California, en una zona poco poblada unos 250 kilómetros al sur de Ensenada. Después se desplazó por Tijuana, una zona propensa a los aludes de lodo, y amenazó a viviendas improvisadas levantadas en las colinas al sur de la frontera con Estados Unidos.

Se esperaba que la tormenta se debilitara en su trayectoria norte sobre California y hacia Nevada, aunque seguía planteando riesgos.

El meteorólogo Richard Pasch, del Centro Nacional de Huracanes de EEUU en Miami, dijo que la tormenta podría convertirse en un “ciclón post tropical” en algún momento de este lunes al perder un centro bien definido, pero que probablemente seguiría produciendo lluvias “muy intensas” y fuertes vientos.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, el segundo sistema escolar más grande de Estados Unidos, indicó que todos los campus estarían cerrados este lunes, al igual que los distritos en el desierto. Las escuelas de San Diego aplazaron el primer día de clases del lunes al martes.

“No hay manera de que podamos poner en riesgo la seguridad de un solo niño ni un empleado, y nuestra incapacidad para inspeccionar construcciones, nuestra incapacidad para determinar el acceso a las escuelas hace que sea casi imposible para nosotros abrir las escuelas”, dijo el superintendente Alberto Carvalho en una conferencia de prensa.

El sur de California recibió otra sorpresa por la tarde, un sismo de magnitud preliminar de 5,1 registrado cerca de Ojai, unos 130 kilómetros al noroeste del centro de Los Ángeles, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos. Se sintió ampliamente y fue seguido de réplicas más pequeñas.

De momento no había reportes de daños de consideración ni víctimas, señaló un operador del Departamento de Policía del condado Ventura.

Una persona se ahogó el sábado en la localidad mexicana de Santa Rosalía al paso de Hilary, cuando un vehículo fue arrastrado por la crecida de un arroyo. Los rescatistas salvaron a otras cuatro personas, dijo Edith Aguilar Villavicencio, alcaldesa del municipio de Mulegé.

Soldados del ejército mexicano se desplegaron por Mulegé, donde el sábado ocurrieron algunos de los peores daños en la parte oriental de la península de Baja California. Los soldados utilizaron excavadoras y camiones de volteo para ayudar a retirar toneladas de rocas y tierra que obstruían calles y carreteras, las cuales se convirtieron en embravecidos torrentes el día anterior.

El tendido eléctrico se desplomó en varios lugares, y el personal de emergencias trabajaba para restablecer la energía y llegar a las personas que quedaron aisladas por la tormenta.

Las líneas del teléfono de emergencias 911 estaban fuera de servicio en Palm Springs, según informó la policía local en un comunicado, que recomendó a la población enviar un mensaje de texto al 911 o acudir a la comisaría o cuartel de bomberos más cercanos.

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