Según un informe de la OIT divulgado este viernes 1 de junio de 2012, casi 21 millones de personas en el mundo están obligadas a trabajar contra su voluntad, presionadas por contratistas y empleadores que en muchos casos las amenazan con deudas, retención de documentos de identidad, denuncias ante departamentos de inmigración o incluso violencia física.
El número de latinoamericanos trabajando en esas condiciones es de 1,8 millones de personas , siendo Brasil es el país donde más denuncias se presentan, pero a la vez, el que más y mejor combate el problema.
Según el informe "Estimaciones Globales de Trabajo Forzoso", elaborado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) la mayor parte de estas personas son explotadas en la economía privada (el 90 por ciento), mientras que el 10 por ciento realizan trabajos forzosos impuestos por el Estado.
Respecto a la prevalencia del trabajo forzoso, el informe concluye que este es más común en Europa central y oriental (4,2 personas por cada 1.000 habitantes), seguido de África (4), Oriente Medio (3,4 ), Asia y el Pacífico (3,3), Latinoamérica y el Caribe (3,1) y las economías desarrolladas (1,5).
Respecto a Brasil, un informe complementario recuerda que este país ha puesto en marcha desde 2002 y en colaboración de la OIT numerosos programas para combatir el trabajo forzado, y la directora del Programa Especial de la OIT para combatir el Trabajo Forzoso, Beate Andrees destaca que muchos países vecinos "se esfuerzan por aprender de la experiencia brasileña".
Andrees agregó que en Latinoamérica se encontraron casos de trabajo forzosos en todos los países y explicó que en Perú, Bolivia y Paraguay se llevan a cabo programas para combatirlo en la agricultura, la industria textil y el trabajo doméstico.
Explicó también que en el caso de los países desarrollados, la mayor parte de casos tiene que ver con la inmigración.
"Muchas veces el paso de un país a otro está vinculado particularmente al tráfico sexual. Este tipo de trabajo forzoso tiene mucha prevalencia en esos países", concluyó.
Del número total de personas obligadas a trabajar contra su voluntad, el 26 por ciento (5,5 millones) son niños.
Por sexo, las mujeres y las niñas representan el 55 por ciento (11,4 millones).
El número de latinoamericanos trabajando en esas condiciones es de 1,8 millones de personas , siendo Brasil es el país donde más denuncias se presentan, pero a la vez, el que más y mejor combate el problema.
Según el informe "Estimaciones Globales de Trabajo Forzoso", elaborado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) la mayor parte de estas personas son explotadas en la economía privada (el 90 por ciento), mientras que el 10 por ciento realizan trabajos forzosos impuestos por el Estado.
Respecto a la prevalencia del trabajo forzoso, el informe concluye que este es más común en Europa central y oriental (4,2 personas por cada 1.000 habitantes), seguido de África (4), Oriente Medio (3,4 ), Asia y el Pacífico (3,3), Latinoamérica y el Caribe (3,1) y las economías desarrolladas (1,5).
Respecto a Brasil, un informe complementario recuerda que este país ha puesto en marcha desde 2002 y en colaboración de la OIT numerosos programas para combatir el trabajo forzado, y la directora del Programa Especial de la OIT para combatir el Trabajo Forzoso, Beate Andrees destaca que muchos países vecinos "se esfuerzan por aprender de la experiencia brasileña".
Andrees agregó que en Latinoamérica se encontraron casos de trabajo forzosos en todos los países y explicó que en Perú, Bolivia y Paraguay se llevan a cabo programas para combatirlo en la agricultura, la industria textil y el trabajo doméstico.
Explicó también que en el caso de los países desarrollados, la mayor parte de casos tiene que ver con la inmigración.
"Muchas veces el paso de un país a otro está vinculado particularmente al tráfico sexual. Este tipo de trabajo forzoso tiene mucha prevalencia en esos países", concluyó.
Del número total de personas obligadas a trabajar contra su voluntad, el 26 por ciento (5,5 millones) son niños.
Por sexo, las mujeres y las niñas representan el 55 por ciento (11,4 millones).