El poder desinfectante del cloro no tiene duda alguna, de hecho, para limpiar un inodoro, lo más simple es esparcirle cloro y listo. Pero, ¿A dónde va a dar este liquido?
La deducción matemática es simple, en un edificio de 100 apartamentos, donde todos sus inquilinos deciden usar una taza de cloro (250 ml) para limpiar su sanitario, el uso es de 25.000 ml., lo que equivale a 25 litros.
Imaginémonos ahora, 25 litros de cloro en el agua de nuestros ríos.
Los estudios epidemiológicos realizados en poblaciones consumidoras de agua potable tratada con cloro no han podido establecer una relación de causa directa con ninguna enfermedad (incluido el cáncer), una conclusión que ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Pero si de cómo las algas, peces y otros animales submarinos se afectan al contacto del cloro en proporciones como 25 litros.
Ahora, es sabido que 100 personas no se van a poner de acuerdo para lavar el inodoro a la misma hora y bajar el agua al mismo instante, pero si debemos buscar la forma alternativa para mediar el efecto.
¿Hay alguna forma de frenar el uso de cloro? ¿Hay otros elementos iguales de desinfectantes?
Juan Pablo Zarruk, productor de la Voz de América, recomienda el uso de vinagre.
“Es tan simple, el vinagre es un desinfectante antibacterial, no es tóxico y además es biodegradable”, señala Zarruk.
El vinagre blanco tiene compuestos naturales mientras el cloro tiene elementos químicos que para diluirlo se necesitan 400 veces su medida. Es decir, para minimizar el efecto del cloro en el agua necesitaríamos unos 10.000 litros de agua.
Para Janise Romero, encargada de limpieza en una empresa hotelera, existen otras formas de evitar el uso de cloro.
“Hoy nos preocupa el medio ambiente y el olor del cloro no es sinónimo de limpieza. El alcohol es mucho más efectivo para pasarlo en los lavamanos después de limpiarlos. Nuestra recomendación es limpiar bien con agua y jabón”, señala Romero.
Y usted, ¿qué método usa para remplazar el cloro y cuidar el ambiente? Escribanos.