Un representante del Vaticano declaró este martes que la Iglesia expulsó a 848 sacerdotes pederastas y que sancionó a más de 2.500 con penas menores desde 2004.
Las revelaciones fueron parte del segundo día de sesiones de la comisión de Naciones Unidas que monitorea la implementación del tratado contra la tortura, del cual el Vaticano es parte.
La ONU, y varios grupos de defensa de víctimas y ONG, han acusado al Vaticano de minimizar los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y de intentar esconder la realidad, destruir las pruebas, intimidar a los testigos, en lugar de destituir a los responsables y llevarlos ante la justicia.
La comisión considera que la violencia sexual contra los niños puede ser considerada tortura.
El nuncio apostólico del Vaticano en Ginebra, el arzobispo Silvano Tomasi, dijo que se habían examinado en los últimos diez años 3.420 casos basados en "acusaciones creíbles", concernientes a abusos cometidos por religiosos entre los años 1950 y 1980, tras lo cual 848 sacerdotes fueron reducidos al estado laico.
Otros 2.572 recibieron instrucciones de "vivir una vida de oraciones y penitencia", por ejemplo en los monasterios, y sin poder tener contacto con niños.
“Un examen serio de la realidad sobre lo que hacen la Santa Sede y los religiosos locales demuestra claramente y sin ambigüedades que no hay con certeza ninguna impunidad", dijo el religioso.
Tomasi reconoció que en las décadas de 1960 y 1970 se creía que los atacantes podían recibir tratamiento sicológico en vez de ser tratados como delincuentes.
"Desafortunadamente, fue un error, como ha demostrado la experiencia”, se disculpó.
Barbara Blaine, fundadora y presidenta de la Red de sobrevivientes de personas abusadas por sacerdotes (SNAP,por sus siglas en inglés) rechazó la explicación de Tomasi.
"Eso es ridículo. Todos sabían que violar niños era un crimen y que debía ser reportado a la policía", indicó.
Una comisión de expertos para la protección de los niños en las instituciones de la Iglesia, creada por el papa Francisco, anunció el pasado 3 de mayo querer instaurar "procedimientos eficaces" en la Iglesia para que los sacerdotes pedófilos sean castigados, aunque no propuso medidas jurídicos vinculantes.
En abril, el papa Francisco "pidió perdón" por los crímenes pedófilos y exigió sanciones "muy severas".
Las revelaciones fueron parte del segundo día de sesiones de la comisión de Naciones Unidas que monitorea la implementación del tratado contra la tortura, del cual el Vaticano es parte.
La ONU, y varios grupos de defensa de víctimas y ONG, han acusado al Vaticano de minimizar los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y de intentar esconder la realidad, destruir las pruebas, intimidar a los testigos, en lugar de destituir a los responsables y llevarlos ante la justicia.
La comisión considera que la violencia sexual contra los niños puede ser considerada tortura.
El nuncio apostólico del Vaticano en Ginebra, el arzobispo Silvano Tomasi, dijo que se habían examinado en los últimos diez años 3.420 casos basados en "acusaciones creíbles", concernientes a abusos cometidos por religiosos entre los años 1950 y 1980, tras lo cual 848 sacerdotes fueron reducidos al estado laico.
Otros 2.572 recibieron instrucciones de "vivir una vida de oraciones y penitencia", por ejemplo en los monasterios, y sin poder tener contacto con niños.
“Un examen serio de la realidad sobre lo que hacen la Santa Sede y los religiosos locales demuestra claramente y sin ambigüedades que no hay con certeza ninguna impunidad", dijo el religioso.
Tomasi reconoció que en las décadas de 1960 y 1970 se creía que los atacantes podían recibir tratamiento sicológico en vez de ser tratados como delincuentes.
"Desafortunadamente, fue un error, como ha demostrado la experiencia”, se disculpó.
Barbara Blaine, fundadora y presidenta de la Red de sobrevivientes de personas abusadas por sacerdotes (SNAP,por sus siglas en inglés) rechazó la explicación de Tomasi.
"Eso es ridículo. Todos sabían que violar niños era un crimen y que debía ser reportado a la policía", indicó.
Una comisión de expertos para la protección de los niños en las instituciones de la Iglesia, creada por el papa Francisco, anunció el pasado 3 de mayo querer instaurar "procedimientos eficaces" en la Iglesia para que los sacerdotes pedófilos sean castigados, aunque no propuso medidas jurídicos vinculantes.
En abril, el papa Francisco "pidió perdón" por los crímenes pedófilos y exigió sanciones "muy severas".