El gobierno de Cuba calificó como "arbitrarias y agresivas" las sanciones de Estados Unidos a siete funcionarios venezolanos y la declaración de que Venezuela es una amenaza a la seguridad nacional estadounidense.
Sin embargo, para el analista y exdirector de petróleos de Venezuela, Pedro Mario Burelli, la reacción de Cuba son solo palabras porque, a su juicio, a La Habana le conviene más seguir en el mejoramiento de las relaciones con EEUU.
“Ellos jamás le informaron a Maduro que estaban negociando con EE.UU., por lo tanto yo creo que esto no es más que un saludo a la bandera que tenía que salir, simplemente porque si no la gente le iba a preguntar a Raúl Castro”, dijo Burelli.
“[Castro] no va a poner en juego ni va a condicionar continuar sus conversaciones con EE.UU. a que Washington se retracte y se olvide de todo este tema de Venezuela”, agregó. “Esto no va a ocurrir, yo creo que aquí hay un divorcio y esto simplemente es una declaración bastante ‘formulaica’”.
Cuba en un comunicado reiteró su "incondicional apoyo" a la revolución bolivariana y al gobierno de Maduro.
El Departamento de Estado hoy informó que las sanciones de EE.UU. a funcionarios venezolanos no afectarán el dialogo con Cuba.
“Las sanciones dejan en claro y envían un fuerte mensaje acerca del hecho que no aceptamos violadores de derechos humanos y oficiales corruptos”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Las sanciones de Washington contra Venezuela ponen al país sudamericano como el primer adversario ideológico de Estados Unidos en el continente, un título que durante décadas ostentó Cuba hasta el reciente anuncio sobre cambio de la política de EE.UU. hacia La Habana.