El presidente en disputa de Venezuela Nicolás Maduro firmó el miércoles un decreto presidencial donde declara la emergencia energética de la industria de hidrocarburos, con lo cual busca adoptar medidas urgentes que garanticen la seguridad energética del país suramericano.
“Firmo el decreto constitucional donde declaro la emergencia energética de la industria de hidrocarburos para que adoptemos las medidas urgentes y necesarias para garantizar la seguridad energética nacional, y proteger la industria”, aseveró Maduro.
El mandatario también afirmó que la medida tomada buscará organizar y recuperar de manera integral la industria petrolera, petroquímica y refinerías de Venezuela como parte del nuevo concepto de la petrolera estatal PDVSA.
De acuerdo con Maduro se creará una “comisión presidencial para la defensa, reestructuración y reorganización de PDVSA que tendrá todo el poder para iniciar el proceso de cambios y defensa integral de toda la industria petrolera”, según lo citado por INFOBAE.
El funcionario al frente del ente será Tareck El Aissami, vicepresidente hasta 2018 y actual Ministro de Industrias y Producción del gobierno en disputa.
El anuncio se produjo un día después de que la administración Trump anunciara una batería de sanciones sobre la rama comercial de la petrolera rusa Rosneft, la cual ha ayudado al gobierno de Maduro a esquivar un embargo petrolero estadounidense y ha hecho posible que el gobierno en disputa se mantenga en el poder.
Funcionarios estadounidenses dijeron que la compañía Rosneft Trading y su presidente, Didier Casimiro, serían añadidos a una lista negra financiera en una acción que se prevé que lo mantenga a él y a la compañía fuera del sistema financiero mundial.
El cúmulo de sanciones, que buscan presionar a Maduro para que renuncie, incluye el congelamiento de los activos del gobierno de Venezuela en Estados Unidos, prohíben a los estadounidenses y empresas foráneas relacionadas hacer negocios con el gobierno venezolano, sus familiares o aquellos que mantengan vínculos comerciales con empresas o funcionarios del gobierno.
Maduro, visiblemente molesto, responsabilizó al líder opositor Juan Guaidó de solicitar entre otras, la reciente sanción a Rosneft y pidió a los trabajadores petroleros mostrarle su repudió cada vez que puedan.
“Juan Guaidó esa rata de cañería, vende patria, los trabajadores de PDVSA tienen que identificarlo y gritarle: ¡traidor, vende patria!”, aseveró.
El gobierno estadounidense (que respalda a Guaidó, quien como jefe de la Asamblea Nacional se declaró en enero de 2019 presidente interino en desafío a Maduro) además impuso sanciones a PDVSA, la mayor fuente de divisas del país.
La medida aceleró el colapso de la producción de crudo en el país sudamericano, la cual venía en declive por una deficiente administración, el desvío de recursos por la insistencia del gobierno de involucrar la empresa en actividades que le eran ajenas - como la producción de alimentos - y una corrupción galopante.
La producción de crudo de Venezuela está ahora en su nivel más bajo en siete décadas pese a tener las mayores reservas del mundo. La producción cerró enero en 882.000 barriles de crudo por día, unos 25.000 menos que en el mes anterior, de acuerdo a cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Maduro afirmó, pese a las sanciones, que PDVSA sigue “relacionada con el mundo entero”, y según él, para sus planes de reestructuración y relanzamiento de la producción, la empresa contaría con el respaldo de grandes inversiones de decenas de países, con ofertas que hoy superan los 25.000 millones de dólares.