Perú comienza el domingo un cierre de 15 días en nueve regiones y la capital, Lima, para frenar un segundo aumento en los casos de COVID-19.
El martes por la noche, el presidente Francisco Sagasti anunció que la zona metropolitana de Lima y otras como Callao, Ancash, Pasco, Huánuco, Junín, Huancavelica, Ica y Apurimac, el acceso estará restringido del 31 de enero al 14 de febrero.
Durante el cierre, las personas pueden salir de casa solo para comprar artículos de primera necesidad y se les insta a trabajar desde casa. Los restaurantes solo aceptarán pedidos para llevar y los negocios que no sean esenciales cerrarán.
El toque de queda entrará en vigor entre las 8:00 p.m. y 4:00 a.m. con restricciones de uso vehicular personal los sábados y domingos.
El presidente Sagasti indicó que Perú mantendrá las restricciones para los vuelos internacionales desde Europa, así como desde Brasil, donde se han detectado cepas del virus que se propagan más fácilmente.
Hasta ahora, Perú tiene más de 1.093.000 infecciones confirmadas por COVID-19 y 39.608 muertes, según el Centro de Recursos COVID de la Universidad Johns Hopkins.
Frontera militarizada
El gobierno de Perú blindó además a partir del martes su frontera con Ecuador, en otro paso para controlar el ingreso de migrantes sin documentos.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas peruanas indicó en un mensaje en su cuenta de Twitter que se decidió "reforzar las medidas de control" y se "continuará durante los siguientes días con las medidas pertinentes para el bloqueo de ingreso de inmigrantes ilegales".
En Tumbes, región en la frontera norte a 1.280 kilómetros de Lima, se pudo observar una columna de vehículos blindados desplazándose por las calles, según imágenes de la prensa local.
Situación de migrantes venezolanos
Medios locales indicaron el martes que grupos de migrantes arrojaron piedras a la policía. Tumbes es el principal punto de paso en Perú para cientos de migrantes venezolanos que cruzan al día desde Ecuador, en el intento de quedarse en este país o seguir para Chile, Argentina u otros destinos.
En su cuenta de Twitter, el embajador en Perú del líder de la oposición Juan Guaidó, Carlos Scull, dijo que los venezolanos "no están 'invadiendo'" ningún país y solicitó apoyo internacional para poner fin a la crisis que hace que más de cinco millones de venezolanos hayan salido del país en busca de una vida mejor.