"Estamos aquí, en la misma ciudad, en el mismo edificio. Vamos a reunirnos hoy mismo", dijo el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en una invitación pública lanzada al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para retomar las conversaciones de paz.
Sin embargo, Netanyahu fue claro al reclamar también "dejar de negociar sobre las negociaciones y negociar la paz".
El primer ministro israelí habló después del líder palestino Mahmoud Abbas, quien previamente había solicitado el reconocimiento formal del Estado palestino ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU).
Al comienzo de su alocución, Netanyahu citó un proverbio árabe que dice "no se puede aplaudir con una sola mano" y dijo que "tampoco se puede hacer la paz con una sola mano, no puedo hacer la paz sólo", tras lo cual agregó que extiende una mano de paz a sus vecinos -a Egipto, Jordania, Turquía, Libia, Túnez, el norte de África y la península arábiga-.
Pero tiende una mano de buena voluntad especialmente a los palestinos, con quien busca "una justa y duradera paz", aseveró.
Netanyahu alertó que no llegó a la Asamblea General a ganarse “aplausos”. Fue a hablar “sobre la verdad”. Y la verdad, manifestó, es que “Israel quiere paz”, pero reconoció que esa paz debe estar anclada en la seguridad.
En este sentido, dijo que no se puede alcanzar la paz a través de resoluciones de la ONU –en alusión a la solicitud palestina- sino a través de negociaciones directas. “La verdad es que los palestinos se han rehusado a negociar”, dijo. “Israel quiere paz con los palestinos, pero los palestinos quieren un Estado sin paz. No deben dejar que esto pase”.
El líder israelí dijo que los palestinos estarán listos para comprometerse y entablar negociaciones cuando acepten la política de seguridad e Israel, un país pequeño que enfrenta muchas amenazas a su alrededor, siendo una de las más próximas el movimiento islamista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza.
Netanyahu también lanzó duras advertencias sobre la amenaza que representa Irán y el islamismo fundamentalista para el mundo. Ese fundamentalismo, sostuvo, “no busca construir sino destruir”, “mata a judíos, cristianos y musulmanes por igual” y fue el responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Atentados que la víspera fueron puestos en tela de juicio por el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, recordó Netanyahu. “En escandalosas palabras (pronunciadas por) el presidente de Irán ayer en este podio, insinuó que el 11-S fue una conspiración estadounidense. Algunos de ustedes se fueron de la sala. Todos deberían haberse ido”, dijo, tras lo cual recibió fuertes aplausos.
“¿Se imaginan a ese hombre, que despotricó aquí ayer, armado con armas nucleares? La comunidad internacional debe frenar a Irán antes de que sea muy tarde”, aseguró el líder israelí.
Netanyahu: palestinos deben reconocer el Estado judío
En el correr de la Asamblea General, diplomáticos estadounidenses e israelíes cabildearon furiosamente para evitar que Abbas presentara su petición ante el Consejo de Seguridad de la ONU. El gobierno de Barack Obama está entre la espalda y la pared: debe apoyar a su aliado histórico, Israel, y sabe que ejercer su poder de veto contra Palestina debilitará aún más la imagen de Estados Unidos en Medio Oriente.
Pero los esfuerzos diplomáticos no rindieron resultados. "Como presidente del Estado de Palestina, he presentado al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, una propuesta para la admisión de Palestina sobre las bases de las fronteras de 1967 con Jerusalén como su capital, como miembro de pleno derecho de Naciones Unidas", declaró Mahmoud Abbas este viernes 23 de septiembre antes de la intervención de Netanyahu.
Durante su discurso, el líder palestino justificó el planteo ante la ONU diciendo que la expansión de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos había llevado a que el proceso de paz se interrumpiera, dejando a los palestinos sin otra opción que buscar alcanzar la condición de estado en forma unilateral.
Netanyahu retrucó que el núcleo del conflicto israelo-palestino no son los asentamientos, puesto que el conflicto entre ambos comenzó casi medio siglo antes de que hubiera un asentamiento israelí en Cisjordania. El problema de fondo es que los palestinos se rehúsan a reconocer el Estado judío en cualquiera de sus fronteras.
“Es hora de que el liderazgo palestino reconozca lo que todos los líderes serios han reconocido. Israel es el Estado judío. Abbas, hay que dejar de dar vueltas alrededor de este asunto”, demandó.
Hacia el final de su discurso, no obstante, dijo que está listo para asumir compromisos si los palestinos también los asumen. Y una vez más tendió a Abbas “la mano de Israel” en señal de paz.