Cuba da su versión sobre Soto

Según Fariñas, los uniformados debieron llevar a Soto al hospital, de donde ya no salió con vida.

El gobierno cubano negó que la policía causara la muerte del disidente y asegura que se trató de una muerte natural.

El gobierno cubano negó que el opositor cubano Juan Wilfredo Soto muriera por una paliza policial y asegura que las causas del deceso se encuentran en una pancreatitis aguda.

"Elementos contrarrevolucionarios de manera inescrupulosa fabricaron la mentira de que este deceso fue consecuencia de una supuesta golpiza que le habían propinado agentes del orden interior", señaló el gobierno.

Soto, de 46 años, falleció el domingo en un hospital de Santa Clara, de "muerte natural" causada por un "shock multifactorial por fallos multiorgánicos debido a la pancreatitis" y "no se observaron signos de violencia internos o externos", según el comunicado oficial.

El gobierno añadió que Soto, quien cumplió dos años de cárcel por alteración del orden, hurto y lesiones graves, fue detenido en un parque por alterar el orden, y quedó liberado tres horas después "sin incidencia alguna".

Disidentes cubanos aseguran que nada ha cambiado en la isla, e inculpan a la policía de la muerte de Juan Wilfredo Soto, tras haber sido detenido en Santa Clara y golpeado por policías, según denunciaron algunos opositores.

Fariñas y otros disidentes afirmaron que Soto, de 46 años, fue detenido y golpeado por agentes policiales cuando realizaba una manifestación en un parque y gritaba consignas antigubernamentales.

Según Fariñas, los uniformados debieron llevar a Soto al hospital, de donde ya no salió con vida. "Este asesinato no pude quedar impune", expresó Fariñas, ganador del premio Sajarov de derechos humanos que otorga la Unión Europea.

Soto, poco conocido afuera de la ciudad de Santa Clara y entre los medios disidentes, apoyó la huelga de hambre de Fariñas y realizó actividades junto a él en los últimos meses.

Congresista de EE.UU. condenó muerte

La congresista estadounidense Ileana Ros-Lehtinen, que preside el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, condenó enérgicamente la muerte de Juan Wilfredo Soto.

“Si los informes son exactos, el régimen de Castro ha tomado otra vida inocente. Juan Wilfredo Soto fue lo suficientemente valiente como para enfrentarse a la tiranía del régimen, y para ello tuvo que sufrir el mayor sacrificio”, sostuvo en un comunicado.

“Es una responsabilidad de todas las naciones democráticas condenar enérgicamente este asesinato patrocinado por el Estado, y enviar un mensaje inequívoco a los hermanos Castro de que sus abusos contra el pueblo cubano no serán tolerados”, agregó.