Las autoridades estadounidenses detuvieron a dos hombres acusados de conspiración e intento de ataque con granadas y ametralladoras a un centro de reclutamiento militar en Seattle, según comunicó el Departamento de Justicia.
Sobre los dos acusados, de 33 y 32 años, pesan siete cargos de conspiración para asesinar a funcionarios y empleados de los Estados Unidos, para usar granadas y otros delitos relacionados con las armas de fuego, unas acusaciones que de ser comprobadas podrían suponer una sentencia a cadena perpetua.
Una persona que inicialmente se involucró en la trama terrorista fue el informante de las acciones de estos dos hombres y comunicó sus intenciones al Departamento de Policía de Seattle, dijeron las autoridades.
Según este informante, los dos jóvenes buscaban vengarse de los delitos cometidos por los soldados de EE.UU. en Afganistán, según recoge una declaración jurada del FBI.
Los planes incluían inicialmente un ataque a la Base Conjunta Lewis-McChord en el estado de Washington, pero luego cambió los objetivos hasta el lugar donde los reclutas militares son evaluados y procesados, según los fiscales.
Tras su arresto, uno de los hombres aseguró a los agentes del FBI que sus intenciones eran evitar que el personal militar de EE.UU. fuera a tierras islámicas y matara a los musulmanes, según figura en la declaración jurada.
Los dos hombres acudieron al tribunal federal de Seattle para escuchar los cargos en su contra. Se encuentran bajo reclusión a la espera de una audiencia preliminar sobre los cargos establecida para el 7 de julio.