Estados Unidos declaró que las elecciones en Honduras son un paso importante para la nación centroamericana, pero que no es suficiente para restaurar la democracia después del golpe de Estado que derrocó al presidente Manuela Zelaya, en junio.
El secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, dijo a la prensa que Estados Unidos elogia a Porfirio Lobo por su triunfo electoral.
No obstante, Valenzuela no expresó directamente si el gobierno de Washington reconocería la nueva administración en Honduras, señalando que ahora debe formarse un gobierno de unidad nacional y una Comisión de la Verdad, para buscar la reconciliación.
Lobo, un rico hacendado del opositor Partido Nacional, de tendencia conservadora, obtuvo el 56% de los votos.
Su principal rival, Elvin Santos, del Partido Liberal, concedió la derrota.
El mandatario recientemente electo prometió poner fin al aislamiento del país de la comunidad internacional, y reparar las relaciones económicas y diplomáticas, afectadas por el golpe del 28 de junio.
El derrocado presidente Manuel Zelaya expresó que la elección no es legítima.
Naciones suramericanas, entre ellas, Argentina, Brasil y Venezuela, se niegan a reconocer los resultados.