Philip Crowley, vocero del Departamento, dijo que Gross no cometió delito alguno y debería ser puesto en libertad. Cuando un periodista preguntó si podría haber un canje de Gross por cinco espías cubanos encarcelados en Estados Unidos, Crowley dijo que el caso Gross no debe ser vinculado a otros.
Estados Unidos ha solicitado al gobierno de Raúl Castro la liberación de Gross en varias ocasiones, y ha indicado que su detención es un obstáculo en las relaciones bilaterales.
Aunque Gross fue arrestado hace más de un año en la capital cubana, el régimen comunista esperó hasta el viernes pasado para anunciar que será enjuiciado por actos contra la independencia o integridad territorial del Estado, y que la fiscalía pedirá 20 años de privación de libertad.
En días recientes, la Casa Blanca y varios legisladores estadounidenses han criticado al gobierno de Cuba por la situación en que se encuentra Gross.
Alan Gross trabaja para una empresa de Maryland que brinda servicios a la Agencia de Estados Unidos para el Desarollo Internacional, USAID, y estaba en Cuba para dar equipos de comunicación a la pequeña comunidad judía.